IMITAR A LA VIRGEN
Parezcámonos, hijas mías, en algo a la gran
humildad de la
Virgen Santísima , cuyo hábito llevamos, que es motivo de
confusión llamarnos hijas suyas; que por mucho que parezca que nos humillamos,
nos quedamos muy cortas para ser hijas de tal Madre (C 13, 3).