En el libro "Las Glorias de María" de San Alfonso María de Ligorio se dice lo siguiente: "El mismo Jesús reveló a la beata Mónica de Binasco que él se complace mucho en ver que se siente compasión por su Madre, y así le habló: Hija, agradezco mucho las lágrimas que se derraman por mi pasión; pero amando con amor inmenso a mi Madre María, me es sumamente grata la meditación en los dolores que ella padeció en mi muerte.
Por eso son tan grandes las gracias prometidas por Jesús a los devotos de los dolores de María. Refiere Pelbarto haberse revelado a Santa Isabel, que San Juan, después de la Asunción de la Virgen, ardía en deseos de verla; y obtuvo la gracia pues se le apareció su amada Madre y con ella Jesucristo. Oyó que María le pedía a su divino Hijo, gracias especiales para los devotos de sus dolores. Y Jesús le prometió estas gracias especiales:
- Que el que invoque a la Madre de Dios recordando sus dolores, tendrá la gracia de hacer verdadera penitencia de todos sus pecados.
- Que los consolará en sus tribulaciones, especialmente en la hora de la muerte.
- Que imprimirá en sus almas el recuerdo de su Pasión y en el cielo se lo premiará.
- Que confiará estos devotos a María para que disponga de ellos según su agrado y les obtenga todas las gracias que desee".
San Alfonso María de Ligorio, Las Glorias de María, Disc. 9, 6