viernes, 5 de diciembre de 2025

8. REGLAS DE VIDA CRISTIANA QUE NOS INSPIRA LA INMACULADA. NOVENA A LA INMACULADA VIRGEN MARÍA, PATRONA DE ESPAÑA

 

DIA OCTAVO

De los motivos de prudente recelo que a nuestras almas debe sugerir el misterio de María Inmaculada

 

NOVENA

A LA INMACULADA VIRGEN MARÍA,

PATRONA DE ESPAÑA

Rdo. Dr. D. Félix Sardá y Salvany, Pbro

 

Por la señal de la santa cruz…

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA CADA DÍA

A vuestros pies acudo y a la sombra bendita de vuestro altar, soberana Reina de los cielos y Madre mía Inmaculada, para considerar vuestras grandezas y contemplar a par de ellas mi propia miseria y pequeñez. Hijo soy, que no desea para formar su corazón, más que mirarse en tal Madre; discípulo soy, que no necesita para salir aprovechado, más que prestar atento oído a tal Maestra. Por ambos conceptos vengo a Vos y a Vos llamo, y en Vos confío.

Doliéndome ante todo de mis culpas, y pidiendo perdón de ellas a la divina Bondad por mí tantas veces ofendida, siéntome ya menos indigno de parecer ante vuestra presencia, y más alentado para que bondadosa me recibáis.

Sea por los méritos y gracia del Corazón amorosísimo de Jesús, y por la intercesión y valimiento de vuestro virginal Esposo y Protector mío San José. Así sea.

 

Se lee y medita lo dispuesto para cada día.

 

DIA OCTAVO

De los motivos de prudente recelo que a nuestras almas debe sugerir el misterio de María Inmaculada

Es la vida del soldado vida de continua alarma y de incesante recelo. Hasta en la misma paz guarda el buen militar las armas al cinto, y pone centinelas en sus baluartes y murallas, como en tiempo de guerra. El misterio de la Inmaculada Concepción de María debe traerle a su devoto estas reglas de cristiana vigilancia v de saludable temor, que y constituyen en gran parte el secreto de la vida espiritual, particularmente para los jóvenes. La paz del buen cristiano debe ser siempre una paz armada. Vivimos acampados en tierra de enemigos, y alrededor de nosotros no hay elemento alguno que no aparezca conjurado contra nuestra salvación. Lazos esconde la hierba bajo nuestros pies; emboscadas nos aguardan a la vera de todos nuestros caminos. Lo que más halagüeño se nos presenta esconde mayores perfidias contra nosotros. La misma familia tal vez, el círculo de nuestros amigos, las tareas profesionales, las relaciones de que tenemos mayor necesidad, pueden ser otros tantos reductos desde donde tiene enfilada de continuo contra nuestra seguridad su artillería el astuto enemigo. Cuando más vocea a nuestros oídos: “¡paz! ¡paz!”, es cuando prepara por lo común sus más recias embestidas, queriendo antes tenernos con aquella falsa palabra descuidados y adormecidos.

Desconfiado debe ser, en consecuencia, el buen adalid de Cristo, de cuanto le rodea y aún de sí mismo. pues en su propio corazón anidan harto a menudo domésticos enemigos, que muy a su seguro minan el fuerte. y preparan la brecha y convidan al asalto a los de fuera. Velad y orad, ha dado por santo y seña de todos los suyos el divino Capitán, y en otro lugar ha dicho: Si alguien supiese que un astuto ladrón ha de querer robar su casa, estaría en vigilancia para no permitir se abriese en ella boquete por donde entrar. El boquete por donde nos entra comúnmente el pecado, y por donde principia y más tarde se consuma la ruina, es la pasión que descuidamos o que miramos con culpable indiferencia.

Medítese unos minutos lo anterior, y récese luego tres Avemarías a la Virgen Inmaculada, pidiéndole la gracia especial que se desea alcanzar por su valimiento.

 

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Breves han sido, Madre mía, los instantes que a vuestros pies me ha permitido en grata visita y conversación la Bondad divina. Sean, Señora, para mi bien, mejoramiento de mi vida, nuevo ardor en vuestro servicio, mayor fidelidad a las santas inspiraciones, más firmeza en perseverar, mayores consuelos en mi última hora.

Ruégoos, Madre mía, pues lo sois de mi Hermano mayor y primogénito Cristo Jesús, hagáis con vuestro patrocinio duraderos en mí estos afectos de devoción, eficaces mis resoluciones, entera mi voluntad, prácticos mis deseos.

Así lo espero por los méritos infinitos del Divino Corazón y por las súplicas de vuestro castísimo Esposo San José. Así sea.

 

SÚPLICAS A MARÍA INMACULADA

POR LAS NECESIDADES DE ESPAÑA

Y DEL MUNDO ENTERO

Reina concebida sin pecado original, rogad a Dios (*)

Virgen, Patrona del Papa, (*)

Virgen, Patrona de las Españas,

Por el triunfo de la Iglesia y conversión de sus enemigos,

Por la vida, bienestar y libertad de nuestro amadísimo Pontífice,

Por la felicidad y libertad de la Iglesia en nuestra Patria,

Por la santificación y trabajos apostólicos de su clero,

Por el desarrollo y espíritu de tranquilidad y perfección de las Órdenes religiosas,

Por el aumento de la propaganda de los impresos católicos,

Por el aumento y frutos de las Asociaciones católicas de apostolado seglar y piadosas,

Por la santidad del matrimonio y de la familia cristiana,

Por la pureza católica de nuestra enseñanza pública,

Por el esplendor de nuestro culto y sostén de sus ministros,

Por la destrucción de las Sociedades enemigas de Jesucristo,

Por el cristiano acierto de los gobernantes,

Por las infelices víctimas de las sectas, enemigas de Dios y de la Iglesia,

Por las clases trabajadoras expuestas a las seducciones de la impiedad,

Por los niños cristianos, esperanza del porvenir de nuestra patria,

Por los Centros catequéticos,

Por las instituciones de beneficencia según la ley de Dios,

Por la unión de todos los corazones en el Sagrado Corazón,

Por el aumento del culto del Sagrado Corazón de Jesús,

Para que siga siendo perpetuamente nuestra España la nación más devota de María y la más adicta al Pontificado,

Por todos los que oran, sufren y trabajan por nuestra santa fe,

María, concebida sin pecado original, rogad a Dios que nos libre de todo mal.

María, concebida sin pecado original, rogad a Dios que nos libre de todo mal.

María, concebida sin pecado original, rogad a Dios que nos libre de todo mal.

 

ORACIÓN

¡Oh Dios poderoso, que nos habéis dado por Madre nuestra a vuestra dulcísima Madre, y que muy en particular la habéis hecho Patrona de España en el misterio de su Inmaculada Concepción! Con el más profundo gemido de nuestro corazón os suplicamos miréis bondadosamente, por sus méritos, a nuestra patria, conservando perpetuamente en ella el tesoro de la fe y de la moral de Jesucristo, y la adhesión sin límites a la santa Iglesia católica, apostólica, romana. Amén.

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.