domingo, 20 de junio de 2021

LA MUERTE ES CIERTA E INCIERTA. San Alfonso María de Ligorio.

 


COMENTARIO AL EVANGELIO

IV domingo después de Pentecostés

En el Evangelio de hoy se lee: que habiendo Jesucristo un día entrando en un barca, oyó a san Pedro que decía que él y sus compañeros habían estado fatigándose toda la noche y nada había cogido. Entonces Jesús le dijo: Duc in altum et laxate retia vestra in capturam: Guía mar adentro y echad al agua las redes para pescar. Ellos llevaron la barca al medio del mar y habiendo arrojado las redes, cogieron tanta multitud de peces, que casi se rompían con el peso. Nosotros somos, oyentes míos, los pescadores que Dios ha puesto en medio del mar de la presente vida: a nosotros nos ha mandado echar las redes para coger peces, esto es, hacer obras buenas, para adquirir méritos con los cuales consigamos la vida eterna. ¡Dichosos nosotros, si conseguimos este fin y nos salvamos! Pero desgraciados si en lugar de adquirir méritos para conseguir el Paraíso, los hacemos para merecer el inferno y nos condenamos! El éxito de nuestra felicidad o de nuestra desgracia eterna, se ha de ver a la hora de nuestra muerte, la cual es cierta e incierta. El Señor nos asegura que es cierta a fin de que nos preparemos para cuando llegue, y quiere también que sea incierta, es decir, que ignoremos el día y la hora en que ha de suceder, para que estemos siempre aparejados, y no nos sorprenda. Dos puntos son estos, oyentes míos, de grande importancia para nosotros.

Punto 1º. Es cierto que hemos de morir.

Punto 2º. Es incierto cuando hemos de morir.