Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial: Se
hace hoy memoria de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia. Reformadora de la Orden para una observancia
más estrecha, hubo de sufrir dificultades, que superó con ánimo esforzado, y
compuso libros en los que muestra una sólida doctrina y el fruto de su
experiencia. Murió el 4 de octubre de 1582.
Presentando
a la Virgen María como modelo de toda virtud, decía a sus hijas: “Parezcámonos en algo a la gran humildad de la Virgen Santísima.”
Señor
mío Jesucristo…
MISTERIOS GOZOSOS
Primer Misterio: La Encarnación del Señor
¡Oh secretos de Dios! Aquí no hay más que rendir nuestro entendimiento y
pensar que para entender las grandezas
de Dios no valen nada. Aquí viene bien el acordarnos cómo lo hizo con la Virgen nuestra Señora con toda la
sabiduría que tuvo…. En diciéndole: El Espíritu Santo sobrevendrá en ti, la virtud del muy alto
será sombra, no curó de más disputas… Cómo quien tenía tan gran fe y sabiduría, entendió luego
que, interviniendo estas dos cosas, no
había más que saber ni dudar.
(Meditaciones, 6,7)
Segundo Misterio: La Visitación a su prima Santa
Isabel
Es muy buena compañía el buen Jesús para no nos apartar de ella, y su
sacratísima Madre, y gusta mucho de que nos dolamos de sus
penas… (6M 7,13)
Tercer Misterio: El Nacimiento del Niño Jesús en
Belén
Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa, sino en el portal
de Belén cuando nació y la cruz adonde
murió. (Camino 3,9)
Cuarto Misterio: La presentación de Jesús en el
templo.
Tampoco no veía el justo Simeón más del glorioso niños pobrecito; que en
lo que llevaba envuelto y la poca gente de acompañamiento que iba en la procesión, más pudiera juzgarle por
romerito, hijo de padres pobres, que por Hijo del Padre celestial, mas dióselo
el mismo Niño a entender. (CE 53,2)
Quinto Misterio: El Niño perdido y hallado en el
templo
Siempre que se piense de Cristo nos acordemos del amor con que nos hizo
tantas mercedes, y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene:
que amor saca amor. (Libro de la Vida, 22,14)