ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS
Por
la señal…
Acto de contrición. Señor mío Jesucristo…
Súplica al Padre Pío del
Papa Juan Pablo II
Humilde
y amado padre Pío, enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del
corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les
ha prometido revelar los misterios de su Reino.
Ayúdanos
a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos,
antes de que se lo pidamos.
Danos
una mirada de fe capaz de capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en
los que sufren el rostro mismo de Jesús.
Apóyanos
en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la
alegría del sacramento del perdón.
Transmítenos
tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.
Acompáñanos
en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos
llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Se le la meditación para cada
día. Terminada la lectura y después de unos breves instantes se concluye.
DÍA 3. VIRTUD DE LA CARIDAD
Enseña la Iglesia
con respeto a la virtud de la caridad: “La caridad es la virtud teologal por la
cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros
mismos por amor a Dios. Jesús hace de ella el mandamiento nuevo, la plenitud de
la Ley. Ella es «el vínculo de la perfección» y el fundamento de las demás
virtudes, a las que anima, inspira y ordena: sin ella «no soy nada» y «nada me
aprovecha».”
Referente a la
caridad, decía el Padre Pío: “La caridad es la reina de las virtudes. Del mismo
modo que las perlas se mantienen unidas por el hilo, así las virtudes por la
caridad. Y así como las perlas se caen si se rompe el hilo, de igual modo, si
decrece la caridad, las virtudes desaparecen.”
“El espíritu
humano, sin la llama del amor divino, es arrastrado a colocarse en la fila de
las bestias. Por el contrario, la caridad, el amor de Dios, lo eleva tan alto
como para alcanzar el trono de Dios. Agradeced sin cansaros nunca la
generosidad de un Padre tan bueno y rogadle que aumente cada día más la santa
caridad en vuestro corazón.”
“No os neguéis de
ningún modo y por ningún motivo a practicar la caridad con todos; más aún, si
se os presentan ocasiones propicias, ofrecerla vosotros mismos. Mucho agrada
esto al Señor y mucho os debéis esforzar por hacerlo.”
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión del glorioso Padre Pio.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
OH
DIOS, que a San Pío de Pietrelcina,
sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de modo admirable, de la
pasión de tu Hijo: concédeme, por su intercesión, la gracia de que
ardientemente deseo; y otórgame, sobre todo,
que yo me conforme a la muerte de Jesús
para alcanzar después la gloria
de la resurrección. Amén.
Y se dice tres veces.
San
Pío de Pietrelcina,
R/. Ruega por nosotros.