Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: En fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz meditamos
el rosario con algunos textos de las cartas del Apóstol San Pablo. “La
predicación de la cruz es locura para los que se pierden... pero es fuerza de
Dios para los que se salvan" (1 Cor 1, 18).
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias
de los que durmieron. Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por
un hombre vino la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos
mueren, también en Cristo todos serán vivificados.”
2.- La Ascensión del Señor
“El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando,
con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se
levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que
permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al
encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor para siempre.” 1
Tes 4, 16-17
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre
los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues
nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede
por nosotros con gemidos inefables, y el que escruta los corazones conoce cuál
es la aspiración del Espíritu, y que su intercesión a favor de los santos es
según Dios» Rom 8, 26-27
4.- La Asunción de María Santísima a los
Cielo
“Cuando nuestro ser corruptible y mortal se revista de
incorruptibilidad e inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la
Escritura: La muerte ha sido aniquilada por la victoria. ¿Dónde está, muerte,
tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el
pecado y la fuerza del pecado es la ley. Gracias a Dios, que nos ha dado la
victoria por nuestro Señor Jesucristo.” 1 Cor 15, 54-57
5.- La Coronación De La Virgen Como
Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“Si morimos con El, también viviremos con El; si
perseveramos, también reinaremos con El; si le negamos, Él también nos negará;
si somos infieles, El permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.” 2 Tm
2, 11-13