SÁBADO DE TEMPORAS DE SEPTIEMBRE
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En aquel tiempo, Jesús les dijo
esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto
en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo
viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va
a perjudicar el terreno?”. Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía
este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si
da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”». Un sábado, enseñaba Jesús en
una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por
causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Le
impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el
jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a
decir a la gente: «Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en
esos días y no en sábado». Pero el Señor le respondió y dijo: «Hipócritas:
cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y
los lleva a abrevar? 16 Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha
tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día
de sábado?». Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y
toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.
Lc 13, 6-17