miércoles, 14 de septiembre de 2016

ATRAJISTE A TODOS HACIA TI, SEÑOR. San León Papa




 Homilía de maitines

14 de septiembre
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
Forma Extraordinaria del Rito Romano

Homilía de San León Papa
8 sobre la Pasión del Señor
Conviene, amados hermanos, que al contemplar a Jesús levantado en la cruz no os limitéis a ver en él lo único que veían los impíos, aquellos a quienes se dirige Moisés cuando dice: “Tu vida estará como suspendida ante tus ojos y tú temerás día y noche, y no creerás en tu vida.” La presencia de Jesús crucificado no podía suscitar en ellos más que el pensamiento de su propio crimen; por esto, al verle, temblaron despavoridos, mas no con aquel temor que justifica a los verdaderos creyentes, sino con el que atormenta a las conciencias culpables.  Que nuestra alma, iluminada por el Espíritu de verdad, reciba con puro y libre corazón la gloria de la cruz, que irradia por cielo y tierra, y trate de penetrar interiormente lo que el Señor quiso significar cuando, hablando de la pasión cercana, dijo: Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va hacer echado fuera.  Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.
¡Oh admirable poder de la cruz!  ¡Oh inefable gloria de la pasión!  En ella podemos admirar el tribunal del Señor, el juicio del mundo y el poder del Crucificado. Oh, sí, Señor; atrajiste a ti todas las cosas cuando teniendo extendidas las manos todo el día hacia un pueblo incrédulo y rebelde, el universo entero comprendió que debía rendir homenaje a tu Majestad. Atrajiste a ti todas las cosas cuando todos los elementos se juntaron en una sola voz para condenar la injusticia de los judíos, cuando habiéndose oscurecido los astros y trocándose en tinieblas la claridad del día, la tierra fue conmovida por extraordinarias sacudidas y toda la creación se negó a servir a aquellos impíos. Atrajiste a ti todas las cosas porque habiéndose rasgado el velo del templo, el Santo de los Santos rechazó sus indignos pontífices, como indicando que la figura se convertía en realidad, la profecía en revelaciones manifiestas y la ley en Evangelio.
Atrajiste a todos hacia ti, Señor, porque la devoción de todas las naciones de la tierra puede celebrar ahora, con sacramentos eficaces y de significado claro, lo que antes sólo podía celebrarse en el templo de Jerusalén y únicamente por medio de símbolos y figuras. Ahora, efectivamente, brilla con mayor esplendor el orden de los levitas, es mayor la grandeza de los sacerdotes, más santa la unción de los pontífices, porque tu cruz es ahora fuente de todas las bendiciones y origen de todas las gracias: por ella, los creyentes encuentran fuerza en la debilidad, gloria en el oprobio, vida en la misma muerte.  Ahora al cesar la multiplicidad de los sacrificios carnales, la sola ofrenda de tu cuerpo y sangre lleva a realidad todos los antiguos sacrificios, porque Tú eres el verdadero Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo; de esta forma, en ti encuentran su plenitud todas las antiguas figuras, y así como un solo sacrificio suple todas las antiguas víctimas, así un solo reino congrega a todos los hombres.