Santo Rosario.
Por la señal...
MONICIÓN INICIAL: Con san Juan, llamado “Crisóstomo” por su
gran elocuencia, meditamos el rosario de hoy. Fue un gran pastor y maestro de la fe en la sede de Constantinopla.
Sufrió el destierro y entregó su alma a Dios en el año 407. Le gustaba llamar a
la Virgen "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo. Y
enseñaba que por su intercesión los pecadores recibimos el perdón. El rezaba
así: "Dios te salve,
Madre de Dios y nuestra, cielo en que Dios reside, trono en el que dispensa el
Señor todas las gracias; ruega al Señor por nosotros para que por tus plegarias
podamos obtener el perdón en el día de las cuentas y la gloria bienaventurada
en la eternidad".
Señor mio Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
“Te
he recordado, pues, cinco caminos de penitencia: primero, la acusación de los
pecados; segundo, el perdonar las ofensas de nuestro prójimo; tercero, la
oración; cuarto, la limosna; y quinto, la humildad. No te quedes, por tanto,
ocioso, antes procura caminar cada día por la senda de estos caminos: ello, en
efecto, resulta fácil, y no te puedes excusar aduciendo tu pobreza, pues,
aunque vivieres en gran penuria, podrías deponer tu ira y mostrarte humilde,
podrías orar asiduamente y confesar tus pecados; la pobreza no es obstáculo
para dedicarte a estas prácticas..”
2. La
flagelación de Jesús atado a la columna.
“Debes
estar dispuesto a perderlo todo, tu dinero, tu cuerpo y aun la misma vida, con
tal que conserves la fe. La fe es la cabeza y la raíz; si la conservas, aunque
pierdas todo lo demás, lo recuperarás luego con creces. Así, pues, no te manda
que seas sólo sencillo ni sólo sagaz, sino ambas cosas a la vez, porque en ello
consiste la verdadera virtud.”
3. La
coronación de espinas
“¿Sois
capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo
con que yo me voy a bautizar? Es como si les dijera: «Vosotros me habláis de
honores y de coronas, pero yo os hablo de luchas y fatigas. Éste no es tiempo
de premios, ni es ahora cuando se ha de manifestar mi gloria; la vida presente
es tiempo de muertes, de guerra y de peligros».”
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Muchas
son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos amenaza: sin
embargo, no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pie sobre la roca.
Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca; aunque se levanten las olas,
nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte?
Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. ¿El destierro? Del Señor es
la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Sin nada vinimos
al mundo, y sin nada nos iremos de él. Yo me río de todo lo que es temible en
este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. No tengo
deseos de vivir, si no es para vuestro bien espiritual. Por eso, os hablo de lo
que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la confianza.”
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“Uno
de los soldados se acercó con la lanza y le traspasó el costado, y al punto
salió agua y sangre: agua, como símbolo del bautismo; sangre, como figura de la
eucaristía. El soldado le traspasó el
costado, abrió una brecha en el muro del templo santo, y yo encuentro el tesoro
escondido y me alegro con la riqueza hallada.
Esto fue lo que ocurrió con el cordero: los judíos sacrificaron el
cordero, y yo recibo el fruto del sacrificio.”