viernes, 1 de abril de 2016

NUNCA SE APARTARÁ DE LOS QUE LE PERMANEZCAN FIELES. San Jerónimo


Homilía de maitines

VIERNES DE PASCUA
Forma Extraordinaria del Rito Romano

HOMILIA DE SANJERONIMO, PRESBITERO
Libro 4 de los comen. Sobre San Mateo, hacia el fin
Después de su resurrección se dejó ver Jesús en el monte de Galilea, y allí fue adorado, aunque duden algunos, cuya duda aumenta nuestra fe. Entonces más claramente se manifestó a Tomas, y mostrándole el costado herido por la lanza y las manos traspasadas por los clavos. Se llegó a ellos Jesús y les habló diciendo: “Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra”. El poder fue dado al que poco antes había sido crucificado; al que sepultado yacía muerto en la tumba y que después resucitó. Le fue dada la potestad en el cielo y en la tierra para que, el que antes reinaba en el cielo, reinase también en la tierra por la fe de sus creyentes.
“Id, pues, enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Primero enseñan a todas las naciones, después de instruidas las bautizan. Porque no puede ser que el cuerpo reciba el sacramento del bautismo, sin que primero reciba el alta la verdad de la fe. Son bautizadas, por lo tanto, en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, a fin de comunicar en una misma donación aquellas personas que tienen una sola divinidad; el nombre de la Trinidad es uno solo: Dios.
“Enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”. El orden que sigue es admirable, es el orden principal: Mandó a los apóstoles, que primero enseñasen a todas las naciones, que después las bautizasen y que cuando hubiesen recibido la fe y el bautismo, les ordenasen la observancia de los preceptos. Y, para que no pensemos que son pocas e insignificantes las cosas que nos prescribe, dijo: “Todo lo que os he mandado”; de suerte que cuantos creyeren y fueren bautizados en nombre de la Trinidad, cumplan todo lo que está mandado. “Y he aquí que yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo”. El que promete estar con sus discípulos hasta el fin del mundo, no solo les asegura que siempre vencerán, sino también que nunca se apartará de los que le permanezcan fieles.