domingo, 24 de abril de 2016

ERAN CONSOLADOS CON SU PRESENCIA. San Agustín


Homilía de maitines

IV DOMINGO DE PASCUA
Forma Extraordinaria del Rito Romano

Homilía de San Agustín, obispo
Tratado 94 sobre el Evangelio de san Juan
El Señor Jesús, después de haber predicho a sus discípulos las persecuciones que iban a padecer tras su partida, ha añadido y aseverado: «Ahora bien, no os dije desde el inicio estas cosas, porque estaba con vosotros; ahora, en cambio, voy a este que me ha enviado», donde ha de estudiarse con atención, si no les había predicho antes los sufrimientos futuros. Pero los otros tres evangelistas demuestran suficientemente que él lo había predicho antes que se viniera a la cena, terminada la cual, habló de ello, según Juan, cuando aseveró: Ahora bien, no os dije desde el inicio estas cosas, porque estaba con vosotros.
¿O quizá se resuelve esta cuestión precisamente porque aquéllos narran también que él había estado próximo a la pasión cuando decía estas cosas? No dijo, pues, estas cosas desde el inicio, cuando estaba con ellos, porque las dijo al ir ya a marcharse y encaminarse ya al Padre y, por tanto, también según esos evangelistas es verdad lo que aquí está dicho: Ahora bien, no os dije desde el inicio estas cosas.
Pero ¿qué hacemos de la veracidad del evangelio según Mateo, el cual menciona que estas cosas fueron notificadas por el Señor no sólo cuando, inminente la pasión, iba ya a cenar con los discípulos la Pascua, sino también desde el inicio, cuando por vez primera se designa nominalmente a los doce apóstoles y son enviados a obras divinas?
 ¿Qué significa, pues, lo que aquí asevera: «Ahora bien, no os dije desde el inicio estas cosas, porque estaba con vosotros», sino que estas cosas —las que aquí dice del Espíritu Santo: que va a venir a ellos y va a dar testimonio, cuando van a padecer los males esos— no se las dijo desde el principio, porque estaba con esos mismos? Ese consolador, pues, o abogado —por cierto, una y otra cosa se traduce lo que en griego es parákletos—, había sido necesario al irse Cristo, mas acerca de él no había hablado desde el inicio, cuando estaba con ellos, precisamente porque eran consolados con su presencia.