jueves, 14 de abril de 2016

HOMBRE Y MUJER LOS CREÓ Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (nn. 111-114)


HOMBRE Y MUJER LOS CREÓ
Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (nn. 111-114)
El hombre y la mujer tienen la misma dignidad y son de igual valor a los ojos de Dios. Al crearlos diferenciados no lo hace para establecer distintas dignidad o valor, sino para que en la relación mutua se realicen plenamente. En la relación entre hombre y mujer, donde el hombre y  la mujer encuentra su propio yo. “Esta si que es carne de mi carne y hueso de mis huesos”. Además en esta relación y comunidad donde el hombre –no sólo como individuo aislado- refleja su ser imagen de Dios que es Trinidad de personas.
Esta relación entre el hombre y la mujer tiene un fin primordial que es ser custodio de la vida: Dios le entrega la fecundidad y con ella la custodia de los nuevos hombres y mujeres llamados a la vida.  La vida del hombre como don de Dios es sagrada e inviolable, y el hombre tiene la misión de custodiarla. Recordar nuevamente las intervenciones del Papa Francisco en torno a esto.
Al hombre y a la mujer Dios les entrega no solo el don de la fecundidad sino también toda la creación para que la domine. Este dominio no  es una libertad de explotación y uso arbitraria y egoísta, sino que debe de dominarse la creación sirviéndose de ella y gozando lo “bueno” que Dios ha creado, pero con responsabilidad hacia lo que le es entregado y teniendo presente que es un bien universal también para las generaciones futuras.  
El hombre se encuentra con Dios que le ha dado la vida y la misma creación, se encuentra con el tú de la mujer y de los otros, se encuentra con la misma realidad del mundo, y también el hombre se encuentra consigo mismo pues puede reflexionar sobre sí mismo. En el corazón del hombre reside su interioridad: las facultades espirituales propias del hombre, sus prerrogativas en cuanto creado a imagen de su Creador,la razón, el discernimiento del bien y del mal, la voluntad libre. El hombre en relación consigo mismo, entrando en sí mismo, se encuentra con Dios pues solo Dios que creado nuestro corazón es capaz de llenarlo.