sábado, 18 de diciembre de 2021

AMÁNDONOS DIOS, NOS RESTITUYE A SU IMAGEN. San León Magno

IV DOMINGO DE ADVIENTO

Lecciones del II Nocturno de Maitines

Sermón de San León, papa.
Sermón 1 del ayuno del décimo mes y de las colectas.

Si fiel y sabiamente consideramos el principio de nuestra creación, hallaremos que por esto fue formado el hombre a imagen de Dios, a fin de que imitara a su autor. Y en esto, consiste la natural dignidad de nuestro linaje, si en nosotros, como en un espejo, resplandece la hermosura de la benignidad divina. Para conseguirlo, cada día nos auxilia la gracia del Salvador, haciendo que lo perdido por el primer Adán sea reparado por el segundo.

La causa de nuestra reparación no es otra que la misericordia de Dios, a quien nosotros no amaríamos, si antes no nos hubiese amado, y con su luz no hubiera hecho desaparecer nuestras tinieblas. Esto nos indica el Señor por el profeta Isaías: “Conduciré a los ciegos por el camino que ignoraban, y les haré seguir las sendas por ellos ignoradas. Convertiré sus tinieblas en luz, y enderezaré lo torcido. Esto haré con ellos, y no los abandonaré”. Y: “He sido hallado por los que no me buscaban, y me hice presente a los que no me llamaban”.

De qué manera se haya realizado esto, nos lo indica el Apóstol San Juan, diciendo: “Sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos comunicó inteligencia, para que conociéramos lo verdadero y permaneciéramos en su verdadero Hijo”. Y en otro lugar: “Amemos nosotros a Dios, ya que Él nos ha amado primero”. Amándonos Dios, nos restituye a su imagen. Y para que halle en nosotros la imagen de su bondad, nos concede que podamos hacer lo que Él hace, iluminando nuestras inteligencias e inflamando nuestros corazones a fin de que no sólo le amemos a Él, sino cuanto Él ama.