JUEVES DE LA IV SEMANA DE CUARESMA
Forma extraordinaria del Rito Romano
Un
gran profeta ha aparecido entre nosotros
y
Dios ha visitado a su pueblo.
Evangelio según
San Lucas 7,11-16.
Sucedió después que iba Jesús
camino de la ciudad llamada Naím, y con él iban sus discípulos y mucho gentío.
Y cuando estaba cerca de la
puerta de la ciudad, he aquí que sacaban a enterrar a un difunto, hijo único de
su madre, la cual era viuda; e iba con ella gran acompañamiento de personas de
la ciudad.
Así que la vio el Señor, movido
a compasión, le dijo: No llores.
Y se arrimó y tocó el féretro.
(Y los que lo llevaban, se pararon). Dijo entonces: Mancebo, yo te lo mando,
levántate.
Y luego se incorporó el
difunto, y comenzó a hablar. Y Jesús lo entregó a su madre.
Con esto quedaron todos
penetrados de temor, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta ha
aparecido entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo.