Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial:
San José ha sido amado de forma singular y única por su Hijo legal,
Nuestro Señor Jesucristo y por la Virgen María, su esposa. Un amor que
trascendía los lazos humanos de la familiaridad, en una entrega de los tres a
la salvación de los hombres. Avivemos en nosotros en el rezo del santo rosario
de hoy los sentimientos de los corazones
de Jesús, María y José.
Nosotros no podemos dejar de amar y venerar a aquel que fue tan amado por
los corazones de Jesús y de María. Nosotros no podemos dejar de acudir a aquel
que fue custodio y socorro de Jesús y de María. Nosotros no podemos dejar de
implorar a aquel que fue puesto como jefe del hogar de Nazaret.
Tengamos una intención especial, por S.S. Francisco en el Aniversario
de su Pontificado.
Señor mío Jesucristo...
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La
Resurrección del Señor.
“Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos
resucitaron.” Mt 27, 52
San
José acompañó a su Hijo en su resurrección: es el premio a la fidelidad en la
entrega total.
Ofrezcamos este
misterio por los moribundos, para que como san José sean consolados por Jesús y
María. Pidamos por nuestros padres difuntos para que lleguen pronto a la
bienaventuranza.
2.- La
Ascensión del Señor
“Cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré
conmigo para que donde esté yo estéis también vosotros.” Jn 14, 3
San
José está glorioso en cuerpo y alma en los cielos. Allí goza de la felicidad
eterna.
Ofrezcamos este
misterio por los pobres y necesitados para que como San José encuentren la
fortaleza y la esperanza sólo en Dios.
3.- La Venida
del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Se llenaron
todos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas.” Hch 2, 4
San
José fue la criatura que después de la Virgen María recibió más dones y gracias
celestiales. Su docilidad al Espíritu Santo fue completa.
Pidamos por los
sacerdotes, los seminaristas, por los consagrados; por aquellos que sienten la
llamada de Dios para que como San José entreguen sin reservas al
Evangelio.
4.- La
Asunción de María Santísima a los Cielos
“Proclama mi
alma la grandeza del Señor porque Dios ha mirado mi humillación.” Lc 1, 46
San
José, humilde, sencillo, silencioso, obediente como ninguno… Ahora goza de la
grandeza, de la gloria, esplendor, bienaventuranza como ningún otro.
Ofrezcamos este
misterio para que todos los cristianos seamos como José hombres de acción
silenciosa y busquemos agradar a Dios entre las ocupaciones y obligaciones
diarias.
5.- La
Coronación de la Virgen como Reina y Señora de todo lo Creado.
“Todas las
generaciones me llamarán bienaventurada.” Lc 1, 48
San José ha
sido fiel en lo poco, por eso se la ha confiado lo mucho. Junto con su Esposa,
la Virgen María, Medianera de todas las gracias, intercede, vela y custodia a
la Iglesia, la familia de los discípulos de su Hijo.
Pidamos por las familias cristianas para que sean
como el hogar de Nazaret y cumpliendo con las obligaciones para con Dios y
entre ellos, lleguen todos juntos al cielo.