sábado, 25 de mayo de 2024

CONSIDERACIÓN DE ESTE MISTERIO. DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.

 


CONSIDERACIÓN DE ESTE MISTERIO.

DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.

CONSIDERACIÓN DE ESTE MISTERIO.

 

1.- El Señor Dios nuestro tan solo Señor es (1). Es Dios una cierta entidad simplicísima, infinita en todo género de perfección, primer principio y último fin de todas las cosas, único sumo bien. Por eso un solo Dios fuera del cual no hay otro. No te alcanzo; pero te creo, adoro, alabo, glorifico, temo, amo, y a Ti solo sirvo. Tú eres el centro de todos mis afectos. ¡Ah! ¡tarde te conocí, tarde te ame, hermosura antigua! Yo, que me hice tantos dioses, cuantas fueron las veces que me atendí más a mí y a las criaturas que a Ti; o las serví y amé con más ahínco. De hoy adelante Tú solo serás mi Dios, a quien hasta todos mis huesos darán gloria.

2.- En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (2). De tal manera es Dios uno en esencia que es trino en personas. El Padre con su intelección engendra el Verbo: el Padre y el Verbo con su mutua dilección producen el Espíritu Santo. Ni aquí percibo con una perfecta unidad, perfectísima distinción; pero la creo, la adoro, la alabo, etc. Aplicaré el ánimo para alcanzar un vivo conocimiento de Dios, para que (según es posible en esta oscuridad) se engendre en mi mente alguna viva imagen suya, a quien sumamente aprecie, y con el aprecio ame. Y así también de algún modo se produzca el Espíritu Santo en mí.

3.- Santo, Santo, Santo, Señor Dios (3). En esta Trinidad de personas hay una suma igualdad de perfecciones. Hay la misma bondad, gloria, inmensidad, eternidad, omnipotencia, justicia, etc., las cuales todas perfecciones comprende una misma santidad; y por eso está principalmente se nombra. Y como toda criatura sea una cierta imitación de Dios, para que imitemos todas sus perfecciones, sólo por esto se nos propone la santidad: Seréis santos, porque Yo santo soy (4). No el poder, la alteza, la ciencia, de que tuvieron ambición los ángeles y el primer hombre, y miserablemente se perdieron. Esto es, pues, lo que has de procurar imitar, la santidad de Dios. Pero ¿cuánto distas de esto?

 

(1) Deut., 6. (2) Matth., 28. (3) Apoc., 4. (4) Levit., 11.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.