viernes, 8 de septiembre de 2023

EL MISTERIO DE MARÍA Y PLEGARIA A LA VIRGEN NIÑA. Dom Gueranger

 


EL MISTERIO DE MARÍA Y PLEGARIA A LA VIRGEN NIÑA.

Dom Gueranger

 

8 de septiembre

LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA

EL “MISTERIO” DE MARÍA. — María, de la que nadó Jesús: en estas palabras se encierra todo el misterio de Nuestra Señora; ellas expresan a partir de este día, según hemos visto, el título constitutivo de su ser natural y sobrenatural, así como Jesús, que había de nacer de María, ser hijo de la mujer e hijo de Dios, fué desde el principio el motivo secreto de toda la creación, cuyo misterio no debía revelarse hasta la plenitud de los tiemposs. Obra única, de la que extasiado decía el Profeta: Tu obra, oh Dios, tú la darás a conocer en medio de los años; el Santo vendrá de la montaña sombreada: los polos del mundo se inclinarán a los pasos de su eternidad. La montaña de donde a su tiempo tiene que venir el Santo, el Eterno, el Dominador del mundo, es la Santísima Virgen, a quien la virtud del Altísimo cubrirá con su sombra y cuya elevación sobrepuja ya en su nacimiento a todas las alturas del cielo o de la tierra.

 

Los tiempos ya se cumplieron. Desde el momento en que la Trinidad eterna salió de su reposo para crear, el cielo y la tierra, todas las generaciones del cíelo y de la tierra, como dice la Escritura, sentían dolores de parto por el día en que la Madre esperada nos diese al Hijo de Dios. Paralela a la línea que va de Abraham y de David hasta el mismo Mesías, todas las genealogías humanas preparaban a María la generación de los hijos adoptivos que Jesús, nacido de María, recibiría por hermanos.

 

Felicitemos con la Iglesia a Nuestra Señora por esta maternidad sublime que abarca en su eterna virginidad al Creador y a las criaturas.

 

PLEGARIA A MARÍA NIÑA. — Este mundo nuestro, oh María, por fin te posee. Tu nacimiento le hace conocer cuál es su destino; le revela el secreto del amor que le sacó de la nada para hacerle palacio del Dios que residía encima de los cielos. Pero, ¿qué misterio es éste, por el que el pobre género humano, inferior a los ángeles en cuanto a la naturaleza, es elegido para dar un Rey y una Reina a los coros angélicos y a toda la creación? Al Rey pronto le adorarán los ángeles recién nacido en tus brazos; la Reina hoy la veneran y la admiran en la cuna como saben ellos admirar. Luceros de la mañana, estos nobles espíritus contemplaban al principio las manifestaciones de la Omnipotencia y alababan al Altísimo; pero su mirada nunca descubrió una maravilla igual a la que ahora los estremece; ven que Dios se refleja de un modo más puro bajo dé velos corporales, en la naturaleza frágil de una niña de un día, que no en el poder y en toda la esplendidez de sus nueve coros; ven a todo un Dios cautivo de la flaqueza unida mediante la gracia a tanto amor, que la convierte en punto culminante de su obra y ha decretado, por eso, manifestar en ella a su Hijo.

 

Reina de los Angeles, pero también nuestra; acéptanos la fidelidad y el homenaje. En este día en que el primer suspiro de tu alma santísima fué para el Señor y el primer sonreír de tus ojos para los padres que te trajeron al mundo, dígnese admitirnos la Bienaventurada Ana a besar de rodillas tu mano bendita, siempre pronta a las divinas larguezas de que es dispensadora predestinada. Y crece ahora, dulce niña; vayan tus pies fortaleciéndose para quebrantar la cabeza de la serpiente, se hagan tus brazos robustos para poder llevar el tesoro del mundo: el ángel y el hombre, toda la naturaleza, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo están esperando el momento solemne en el que Gabriel pueda echarse a volar desde los cielos saludándote llena de gracia y trayéndote el mensaje del amor.