III DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA
Dom Gueranguer
El género humano padecía la lepra del pecado: el Hijo de Dios se ha dignado tocarle en el misterio de la Encarnación, devolviéndole la salud; pero, exige que el enfermo curado vaya a ver al sacerdote, y realice las ceremonias prescritas por la Ley, para demostrar que asocia al sacerdocio humano a la obra de nuestra redención. En la fe del Centurión aparece también la vocación de los Gentiles, cuyas primicias fueron los Magos. Un soldado romano y muchos millones semejantes a él, serán considerados como verdaderos hijos de Abrahán, de Isaac y de Jacob, mientras que hijos directos de estos Patriarcas serán arrojados fuera de la sala del banquete, a las tinieblas de la obcecación; su castigo será ejemplar para todos los pueblos.