+Por
la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓNPREPARATORIA
Conmuchapena de sercomo soy y con muchas ganas de ser comoTú quieres quesea,
vengo a pedirte, Corazón de mi Jesús Sacramentado, la venidadel Espíritu Santo a mi pobre alma;
poniendopor intercesoresanuestraMadreInmaculada,
al Santo Ángel de mi Guarda, aSanJoséyamisSantosPatronos.Amén.
ASPIRACIÓN
Espíritu
Santo, que tus sacerdotes se den bien cuenta de su Sacerdocio, crean vivamente
en él y cada día lo saboreen más.
PALABRAS DE JESÚS
«Estas cosas os he dicho, conversando
con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, que mi Padre os enviará en
mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará cuantas cosas os tengo dichas»
(Jn. 16, 26).
ORACIÓN Y JACULATORIAS LITÚRGICAS
«Benignísimo
Dios, inclinad a nuestras preces los oídos de vuestra misericordia y con la
gracia del Espíritu Santo iluminad nuestro corazón para que merezcamos servir y
asistir dignamente a vuestros Misterios y amaros con eterno amor. Por nuestro
Señor Jesucristo, que con Vos vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios
por todos los siglos. Amén.
Que por Ti
lleguemos a conocer al Padre y también al Hijo y que en Ti, Espíritu de
entrambos, creamos en todo tiempo.
Lava lo que
está manchado, riega lo que es árido, cura lo que está enfermo.»
REFLEXIÓN
Yo creo que
el principal y más rico Don del Espíritu Santo a los Apóstoles de Jesús fue el
Don de darse cuenta e íntimamente persuadirse de que eran Sacerdotes de Jesús.
En la última Cena se comió la Eucaristía; en el día de Pentecostés se empezó a
saborear. Por eso, para conmemorar y agradecer solemnemente la Eucaristía, dice
Santo Tomás, eligió la iglesia los días que siguen a la Octava de Pentecostés,
en memoria de que en ellos comenzó a ser consagrada y comida.
PETICIÓN
Madre Sacerdotal. consigue del Espíritu Santo
que todos tus hijos los Sacerdotes desalentados, vacilantes, perseguidos
despojados de sus bienes, sepan saborear su Sacerdocio y contentarse con él.
DÍA
1. CORAZÓN DE JESÚS, FUENTE DE VIDA Y SANTIDAD
Ejercicio del Mes de
Junio en honor al Sagrado Corazón de Jesús con el Venerable P. Tomás Morales,
S.J.
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro
enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.
Ante Jesús Sacramentado, visitándolo en el Sagrario ya
presencialmente, ya espiritualmente, escuchemos como dichas a nosotros las
palabras de Jesús dirigidas a santa Margarita María de Alacoque:“He aquí este Corazón que tanto ha amado a
los hombres y en cambio, no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y
desprecio, en este Sacramento de Amor”.Ante
la queja amorosa de Jesús, consagremos nuestra jornada como un acto de amor y
reparación, haciendo el ofrecimiento diario de obras:
Ven Espíritu Santo,
Inflama nuestros corazones
en las ansias redentoras del Corazón de Cristo,
para que ofrezcamos nuestras personas y obras,
en unión con El, por la salvación del mundo.
Señor mío y Dios mío Jesucristo,
por el corazón Inmaculado de María,
yo me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre,
en tu Santo Sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
por la redención del mundo,
y para que venga a nosotros tu Reino. Amén.
***
Día 1
Corazón de Jesús, Fuente de
Vida y Santidad
Nos miraste un día, como al joven del Evangelio con la
invitación suprema en Tu mirada. Nos llamaste para ir siempre Contigo y
trabajar Contigo, siguiéndote en la pena y en la gloria.
Concédenos vivir siempre respondiendo a Tu a tu
llamada. Concédenos vivir como esperas que vivamos. Concédenos servirte cómo
quieres que Te sirvamos.
Haz que, fieles a la auténtica savia de tus
mandamientos, procuremos llegar a donde los santos y protectores nuestros
llegaron, o más adelante con Tu ayuda. Que tratemos eficazmente de estar a la
altura de su espíritu, de su doctrina y de su abandono en Dios Padre. Enséñanos
a Vivir con alegría sus virtudes de disciplina y servicio.
Así actuaremos en caridad, con sencillez y eficacia,
viviendo el espíritu que nos regalas, nacido para la disponibilidad y el
silencio después de cada misión cumplida.
Así será realidad en cada hora nuestra dedicación a la
perfección propia y ajena.
Corazón de Jesús, Fuente de Vida y Santidad. En Ti
confiamos.
*Esta
meditación ha sido modificada del original para que sirva para todos, y no solo
para los miembros de la Cruzada de Santa María.
***
LETANIAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
SAN JUAN EUDES
Corazón divino de Jesús. R/. Ten misericordia de nosotros.
Corazón amante y manso. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Corazón humilde y misericordioso. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Corazón del eterno Padre. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Principio del Espíritu Santo. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Corazón fiel a la divina Voluntad. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Corazón de Jesús, Corazón de la Virgen Madre. R/. Ten misericordia de
nosotros.
-Corazón herido por la lanza. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Corazón sacerdotal. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Fortaleza de los débiles. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Refugio de los pecadores. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Cordero encendido en el amor por el hombre. R/. Ten misericordia de
nosotros.
-Alegría y esperanza de nuestro corazón. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Corazón amado de nuestro corazón. R/. Ten misericordia de nosotros.
-Vida y norma de nuestro corazón. R/. Ten misericordia de nosotros.
De todo pecado. R/. Líbranos, Señor.
-De la soberbia de la vida. R/. Líbranos, Señor.
-De la ceguera del corazón. R/. Líbranos, Señor.
-De la resistencia a la Gracia. R/. Líbranos, Señor.
-Por tu amor infinito al Padre celestial. R/. Líbranos, Señor.
-Por tu amor a María Virgen y Madre. R/. Líbranos, Señor.
-Por tu amor a todos los hombres. R/. Líbranos, Señor.
-Por tus eternos goces. R/. Líbranos, Señor.
Oración
¡Oh Dios, que por obra de tu amor nos hiciste miembros de tu único Hijo y
nos diste tener con El un mismo Corazón!; concédenos cumplir con amor tu
voluntad, para que, deseando lo que te agrada, podamos ver cumplidos nuestros
justos deseos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
De
los monumentos de la antigüedad cristiana, oraciones litúrgicas, la devoción
innata del pueblo cristiano, de obras de arte, y en todas partes recogemos
testimonios, según los cuales la Virgen Madre de Dios se destaca como Reina; y
también hemos demostrado cómo las razones que la teología sagrada dedujo del
tesoro de la fe confirman esta verdad. Formando un concierto estos testimonios,
cuyo eco resuena en voz alta para celebrar la suprema dignidad real de la Madre
de Dios y de los hombres, que está sobre todas las cosas creadas, y que ha sido
elevada por encima de los coros de los ángeles a los reinos celestiales. Nos
hemos llegado a la convicción, tras madura reflexión, que habrá grandes
ventajas para la Iglesia si esta verdad, sólidamente demostrada, brillara más
delante de todos, como una luz que ilumina más cuando se coloca en su candelero;
por lo que con nuestro decreto y autoridad apostólica establecemos la fiesta de
Santa María Reina, que se celebrará en todo el mundo el 31 de mayo de cada año.
De María Madre de Dios, Virgen
incomparable. lib. 15 c. 13.
Si
seguimos a San Juan Damasceno, San Atanasio y otros, ¿por qué no llamar a María
Reina, ya que su padre David recibe la mayor alabanza en la Escritura como un
rey famoso, y su hijo como Rey de reyes y Señor de señores, reinando para
siempre? Ella es la reina, además, en comparación con los santos que reinan
como reyes en el reino celestial, coherederos con Cristo, el gran Rey, puestos
en el mismo trono con Él, como dice la Escritura. Y como Reina supera en
dignidad a los elegidos, y se eleva tanto más arriba que los Ángeles y los
santos, que nada puede ser más elevado o más santo que ella, que es la única
que tiene al mismo Hijo que Dios Padre, y que ve por encima de ella solo Dios y
Cristo, y debajo de Ella sus criaturas.
El
gran Atanasio dijo que María no solo es la Madre de Dios, sino que también
puede llamarse verdadera y verdaderamente Reina y Señora, ya que de hecho el
Cristo que nació de la Virgen Madre es Dios y Señor y Rey. Es a esta Reina, por
lo tanto, que las palabras del salmista se aplican: La reina toma su lugar en
su mano derecha en las prendas de oro. Así, María es justamente llamada Reina,
no solo del cielo, sino también de los cielos, como la Madre del Rey de los
Ángeles, y como la Novia y amada del Rey de los cielos. Oh María, la más
augusta Reina y la Madre más fiel, a la que nadie que con devoción reza, lo
hace en vano, y con quien todos los mortales están obligados por el recuerdo
perdurable de tantos beneficios; con reverencia te suplico que aceptes mi
devoción hacia ti, y acojas el pobre regalo que ofrezco de acuerdo con el celo
con el que te lo ofrezco, y me recomiendes a tu Hijo todopoderoso.