28 de diciembre
Del destierro de nuestra Señora a Egipto, y la muerte de los Santos Inocentes.
MEDITACIONES DIARIAS
DE LOS MISTERIOS
DE NUESTRA SANTA FE,
por el P. Alonso de Andrade,
DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.
ORACIÓN PARA COMENZAR
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío y Dios mío: creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.
28 de diciembre
MEDITACIÓN
Del destierro de nuestra Señora a Egipto, y la muerte de los Santos Inocentes.
PUNTO PRIMERO. Considera cómo habiendo vuelto nuestra Señora de Belén con su Santísimo Hijo a Nazaret para descansar en su casa, y gozar de la prenda que le había dado el cielo, a poco tiempo después de haber llegado, le sobrevino la persecución de Herodes y el mandato de Dios de que saliese de su tierra, y fuese con su Hijo a Egipto; y luego se puso en camino con su santo esposo, y caminaron a Egipto, adonde se ha de ponderar, cómo no quiere Dios que los suyos descansen en este mundo, y como dijo el Santo Job (1) ,toda su vida es una continua guerra sobre la tierra: mira cómo desde que nació Cristo en ella empezó a padecer guerras, trabajos y persecuciones, y apercíbete para padecer todos los días de tu vida: no busques aquí descanso, porque no es este el lugar de tu morada, mas ofrécete al Señor para padecer por su amor mientras vivieres, que si fueres su compañero en las penas , también lo serás en la gloria.
PUNTO II. Considera la exacta obediencia de la Santísima Virgen y del glorioso San José, los cuales luego aquella misma noche que el ángel habló en sueños a San José , sin dilatar un punto su mandato, se levantaron y partieron a Egipto, dejando su tierra, deudos y parientes, y desterrándose a tierras tan extrañas, que aborrecían de corazón a los hebreos por asegurar a Cristo, y obedecer a Dios; de dónde has de sacar firmísimos propósitos de obedecer a ciegas lo que tu superior te ordenare, sin discurrir ni replicar en contrario, aunque parezcan cosas a la razón disonantes. Pondera que a la prudencia humana parecía fuera de ella guardar al niño Jesús en Egipto adonde tenían ley de quitar la vida a todos los hijos varones de los hebreos, y allí estuvo seguro, y no lo estuvo entre sus propios deudos y parientes, porque la obediencia es puerto seguro de todos los que la cumplen; pondera además, que no intimó este oráculo el ángel a la Santísima Virgen, con ser tanto mayor en dignidad y santidad, sino al Santo José, a quien la Virgen obedeció como a cabeza, porque es la voluntad de Dios que los más altos y perfectos se sujeten y obedezcan por su amor a los que fueren menos, si estuvieren en su lugar y fueren superiores: ofrécete al Señor a obedecer a todos igualmente por su amor, a ejemplo suyo, y de estos santos obedientes.
PUNTO III. Considera el castigo que di el Señor a aquel pueblo por su incredulidad y desconocimiento, huyendo de él y pasando a Egipto, porque Dios desampara a los ingratos que es el mayor castigo que puede darlos, dejándolos en sus vicios: exclama con gemidos y pide a Dios que no te dé tan riguroso castigo como es volverte las espaldas, apartándose de ti; y saca de aquí propósitos muy firmes de ser agradecidísimo a Dios y reconocido a sus beneficios, porque no se enoje contra ti y te deje en tus vicios. Pondera cómo la Virgen Santísima y el glorioso San José dejaron su patria, casa, parientes y amigos, por no perder a Cristo, y resuélvete con su ejemplo a dejar cuanto poseyeres por no perder a Dios.
PUNTO IV. Considera cómo al entrar Cristo en Egipto cayeron de su estado todos los ídolos, porque el día que entra en un alma no ha de quedar ídolo de afición desordenada en ella; y si entra en la tuya, debes desterrar todos los ídolos de tu casa. Medita la vida que harían estos santos casados entre aquella gente idólatra los siete años que duró su destierro; con qué paz y paciencia se portaron con ellos, haciendo bien a todos, y alumbrándolos en el camino del cielo con su ejemplo y santas palabras, y aprende a conversar con los malos, sin contaminarte con sus vicios, sino antes convertirlos a Dios con el porte de tu vida, con mansedumbre, caridad y paciencia; y últimamente pondera que al mismo tiempo padecieron martirio por Cristo tantos inocentes en Judea: mira cómo Cristo estuvo más seguro en Egipto que ellos en su propia tierra, porque allí lo estarás tú a donde Dios te pusiere; y la merced que les hizo el Redentor, pues en tan tierna edad les labró la corona del martirio, de que hoy gozan en la gloria: este fruto sacó de su destierro, y juntamente santificó a Egipto, y le hizo fecundo de tantos santos anacoretas como después tuvo, que son el ejemplo de la vida monástica en su Iglesia .
(1) Job. 7.
ORACIÓN PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS
Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.
Ofrecimiento diario de obras
Ven Espíritu Santo
inflama nuestros corazones
en las ansias redentoras del Corazón de Cristo
para que ofrezcamos de veras
nuestras personas y obras
en unión con Él
por la redención del mundo
Señor mío y Dios mío Jesucristo
Por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón
y me ofrezco contigo al Padre
en tu Santo Sacrificio del altar
con mi oración y mi trabajo
sufrimientos y alegrías de hoy
en reparación de nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial
Por el Papa y sus intenciones,
Por nuestro Obispo y sus intenciones,
Por nuestro Párroco y sus intenciones.