lunes, 8 de diciembre de 2025

EVANGELIO DEL DÍA: ALEGRATE, LLENA DE GRACIA


8 de diciembre

LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Rito Romano 1962

 

Continuación del Santo Evangelio según San Lucas 1, 26-28

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». «¡Bendita tú entre las mujeres!».


TEXTOS DE LA MISA Inmaculada Concepción de María. 8 de diciembre

COMENTARIOS AL EVANGELIO

domingo, 7 de diciembre de 2025

DECRETO DE LA TRINIDAD SOBRE LA ENCARNACIÓN DEL VERBO #adviento #meditación

Lunes de la II semana de Adviento.

Del Decreto de la Santísima Trinidad de la Encarnación del Verbo eterno.

 

MEDITACIONES DIARIAS

DE LOS MISTERIOS

DE NUESTRA SANTA FE,

por el P. Alonso de Andrade,

DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Señor mío y Dios mío: creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

MEDITACIÓN

Lunes de la II semana de Adviento.

Del Decreto de la Santísima Trinidad de la Encarnación del Verbo eterno.

 

PUNTO PRIMERO: Considera a todo el linaje humano por el pecado de Adán nuestro primer padre desterrado del paraíso y del cielo por tantos millares de años, y no solo desterrados en este valle de miserias, sino cautivos y aherrojados en las cadenas de los pecados, y tanto número de almas como caen cada día en el infierno, y cerrada la puerta del cielo a todos los hijos de Adán; y contempla a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que sin tener necesidad del hombre, ni aumentársele su gloria porque él fuese a ella, por sola su infinita piedad y misericordia trató de su remedio, y de abrirles las puertas del cielo; y últimamente decretó su remedio y poner fin a tantos males.

PUNTO II. Considera que los ángeles pecaron, fueron lanzados del cielo, y no tuvo Dios misericordia de ellos, ni trató de su remedio, y la tuvo de los hombres en los cuales entraste tú. Pondera la misericordia grande que Dios usó contigo :reconoce cuanto le debes; y mira qué servicios le hicieran los ángeles, si les hiciera a ellos semejante merced, haciéndose ángel para darles remedio y sacarlos del infierno, y reducirlos al estado felicísimo que perdieron; y dale infinitas gracias por la que te hizo en dolerse de tu miseria, y dar remedio a tus males, y franquearte las puertas del cielo, y aprende también a tener misericordia de tus hermanos, cuando los vieres en trabajos de pobreza, destierro, cárceles y enfermedades, y a procurar su remedio.

PUNTO III. Considera el decreto que salió del consistorio de la Santísima Trinidad, que la segunda Persona, que es el Verbo Eterno, Hijo del Eterno Padre y en todo igual a él, se hiciese hombre. Vistiéndose de la misma carne de Adán, y que viniese al mundo en hábito de siervo a redimir con su sangre al hombre, y abrirle con la llave de su Cruz las puertas del cielo. Todas tres personas hicieron este decreto, y el Hijo le ejecutó con suma voluntad, haciendo alarde de su infinita caridad. Pondera cómo siendo tan fácil enviar un ángel a rescatar al hombre, o tomar otro medio menos costoso, no quiso sino hacer este rescate por su propia persona y a tanta costa suya, vistiéndose de la librea del que era su enemigo, y te había ofendido tan gravemente. ¡Oh Señor, a quién no admirará tu infinita bondad! ¡Quién podrá comprender tu grande misericordia! ¡Oh qué lengua engrandecerá tu infinito amor, y la piedad que tuviste del hombre, cuando más te ofendía y menos lo merecía! Alábate los serafines y querubines y todos los coros de los ángeles y todos los hombres y todas las criaturas, y yo te doy las alabanzas que todas te dan, ya que no tengo caudal para alabarte cómo debo por tan grande misericordia como usaste conmigo.

PUNTO IV. Considera el fin que tuvo la Santísima Trinidad en este decreto, que fue para que, como dice san Juan (1), todos los que creyesen en Cristo, y le imitasen, no se perdiesen sino que consiguiesen la vida eterna; y como dice San Agustín, Dios se hizo hombre para hacer al hombre Dios. En esto, has de mostrar el agradecimiento que le tienes: mira si le amas como te amo, y si logras su redención, procurando con su gracia tu salvación, y si aspiras a imitarle en todas tus obras: entra en cuenta contigo, y atiende al empeño en que te ha puesto este tan singular beneficio, y pídele afectuosamente que se logre en ti el decreto de su redención, y que no seas tan desdichado que habiendo bajado por ti al mundo y franqueándote con su sangre las puertas del Cielo, y entrando tantos por ellas, tú te quedes fuera y caigas en el calabozo del infierno: pon a los Santos por intercesores, y en especial a la Beatísima Virgen, que ella te dará la mano para lograr este tan grande beneficio.

(1) Jn. 3, 15.

 

 

ORACIÓN PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS

Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e ins­pi­ra­ciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

Ofrecimiento diario de obras

Ven Espíritu Santo

inflama nuestros corazones

en las ansias redentoras del Corazón de Cristo

para que ofrezcamos de veras

nuestras personas y obras

en unión con Él

por la redención del mundo

 

Señor mío y Dios mío Jesucristo

Por el Corazón Inmaculado de María

me consagro a tu Corazón

y me ofrezco contigo al Padre

en tu Santo Sacrificio del altar

con mi oración y mi trabajo

sufrimientos y alegrías de hoy

en reparación de nuestros pecados

y para que venga a nosotros tu Reino.

Te pido en especial

Por el Papa y sus intenciones,

Por nuestro Obispo y sus intenciones,

Por nuestro Párroco y sus intenciones.

8 de diciembre. LA INMACULADA CONCEPCIÓN. #santos #santoral

8 de diciembre

La Inmaculada Concepción

de Santa María Virgen

 

Los poetas tienen la gracia singular de saber sintetizar con pocas palabras muchos y profundos conceptos. He aquí la poesía que traen las Vísperas de esta fiesta: "Reina y Madre, Virgen pura, que sol y cielo pisáis, a vos sola no alcanzó, la triste herencia de Adán. ¿Cómo en vos, Reina de todos, si llena de gracia estáis, pudo caber igual parte de la culpa original? De toda mancha estáis libre: ¿y quién pudo imaginar, que vino a faltar la gracia, en donde la gracia está? Si los hijos de sus padres, toman el fuero en que están ¿cómo pudo ser cautiva, quien dio a luz la libertad?".

 

Y el de Laudes: "Ninguno del ser humano, como vos se pudo ver; que a otros los dejan caer, y después les dan la mano. Mas vos, Virgen, no caíste, como los otros cayeron, que siempre la mano os dieron, con que preservada fuiste. Yo, cien mil veces caído, os suplico que me deis, la vuestra, y me levantéis, porque no quede perdido. Y por vuestra Concepción, que fue de tan gran pureza, conserva en mí la limpieza, del alma y del corazón, para que de esta manera, suba con vos a gozar, del que sólo puede dar, vida y gloria verdadera".

 

Hoy es el día grande para el cielo y para la tierra. A la Virgen María, que ya había sido proclamada como Madre de Dios y como Virgen antes del parto, en el parto y después del parto, le faltaba todavía que le fuera engarzada en su corona refulgente esta perla preciosísima de su CONCEPCI?N INMACULADA. Así lo defendían durante siglos tantos y tantos fervorosos santos y profundos teólogos. Pero la cosa no estaba clara del todo ya que había que salvar los dogmas de la universalidad del pecado como hijos de Adán, y, sobre todo, la universalidad de la salvación realizada por Jesucristo. Santos tan enamorados de María como San Alberto Magno, San Bernardo, Santo Tomás de Aquino, recurrían a argumentos teológicos que defendían que, aunque hubiera sido unos instantes, o de forma ininteligible para la mente humana, era necesario que la Virgen hubiera estado algún tiempo bajo el dominio de la serpiente infernal. No lo vio así Duns Scoto, Juan Bacon y otros autores también famosos ya que defendían que había dos clases de redención: Que redime de algo caído y que preserva para impedir que se caiga. De esta segunda forma había sido redimida, es decir, de modo mucho más sublime, la Virgen María, porque estaba designada para ser la Madre del Redentor. En vistas a ello fue "preservada de toda mancha de pecado antes de ser concebida en el seno de su madre".

 

Esta verdad llegará a ser dogma definido, aunque ya hacía siglos que era verdad profesada por la mayor parte de la cristiandad, el día 8 de Diciembre de 1854, por la bula Ineffabilis Deus del Papa Pío IX. Este mismo Papa dijo en aquella ocasión: "La Virgen fue toda pura, toda sin mancha y como el ideal de toda pureza y hermosura; más hermosa que la hermosura, más bella que la belleza, más santa que la santidad y sola santa, y purísima en cuerpo y alma, la cual superó toda integridad y virginidad". En la Bula definió: "La doctrina que afirma que la Virgen, en el primer instante de su concepción, fue preservada inmune de toda mancha de pecado de origen por una singularísima gracia y privilegio de la omnipotencia divina y en atención a los méritos del Redentor del género humano, es doctrina revelada y ha de ser así creída por los cristianos".

 

Cantaban nuestros clásicos: "Pudo, quiso, luego lo hizo". El "Ave María Purísima" será el grito que brotará de todo hijo bien nacido hacia su Madre. En España durante siglos nuestros reyes, santos, literatos, militares y todo el pueblo defendía y vivía este dogma mariano. España la eligió como Patrona de la nación y difundió su devoción por todos los países americanos. España siempre inmaculista gozó aquel 8 de Diciembre de 1854, como debe hacerlo todos los años cuando llega este día.