lunes, 29 de diciembre de 2025

LO QUE OBRARON EN ESTOS DÍAS NUESTRA SEÑORA Y EL GLORIOSO SAN JOSÉ

30 de diciembre

De lo que obraron en estos días nuestra Señora y el glorioso san José.

 

MEDITACIONES DIARIAS

DE LOS MISTERIOS

DE NUESTRA SANTA FE,

por el P. Alonso de Andrade,

DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Señor mío y Dios mío: creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

30 de diciembre

MEDITACIÓN

De lo que obraron en estos días nuestra Señora y el glorioso san José.

 

PUNTO PRIMERO. Cuatro géneros de personas visitaron a nuestra Señora estos días; los ángeles, los pastores, San Simeón y Ana profetisa, como escribe San Lucas en el cap. 2 , y conforme a esto meditarás en los cuatro puntos de esta meditación: lo primero es el júbilo de la Virgen y del glorioso San José, cuando vieron a Cristo adorado de los ángeles en la tierra como lo estuvo en el cielo, las gracias que le darían al Eterno Padre por la honra que hacía a su Hijo, y los agradecimientos a los ángeles por la humildad con que le reconocían por su Dios y Señor: gózate de tener tal Redentor, y de verle reverenciado de los espíritus angélicos: dales mil parabienes a la Virgen María y a su esposo San José, y aprende a reverenciar y servir a Dios con cuerpo y mente como los ángeles del cielo.

PUNTO II. Considera cómo entraron los pastores en aquel pobre portal a adorar a Cristo, y atiende a las palabras que dirían a la Santísima Virgen su Madre; cómo le darían el parabién con sencillas palabras, nacidas de sus corazones sin doblez, del Hijo que Dios le había dado, y le contarían lo que les había pasado con el ángel, y lo que les había dicho, y los ejércitos de ellos que habían visto en los aires, cantando himnos y alabanzas a Dios en las alturas y paz a los hombres en la tierra de buena voluntad y dice San Lucas, que nuestra Señora guardaba todas estas palabras, rumiándolas y meditándolas en su corazón, y que los pastores dieron parte a muchos de lo que habían oído y visto: a donde tienes mucho que pensar y aprender en la candidez con que los pastores dan el parabién a nuestra Señora, a dársele tú también con tan entera voluntad: medita el retorno de la Virgen, y las palabras tan llenas de humildad y agradecimiento que les diría, y el júbilo que con ellas sentirían en sus almas, y procura hacerte digno de oír otras tales de su boca, y a ser agradecido a quien te hiciere bien: aprende de esta Señora a conservar en tu pecho los misterios divinos, y a meditarlos con ella en lo interior de tu corazón; y de los pastores a comunicar a tus prójimos las mercedes que el Señor te hiciere, cuando fuere conveniente para bien de sus almas; y pídele al Señor gracia para cumplir todo esto.

PUNTO III. Considera lo que dice San Lucas, que estaban la Virgen y el glorioso San José admirados de las cosas que se decían del Niño Dios y de aquel Señor abreviado; y mira que si tú no te admiras de sus misterios, es porque no los meditas, ocupado en otras cosas del siglo; ni oyes lo que de él se predica, porque te diviertes en los negocios del mundo. Saca de aquí propósitos de dar de mano a todo lo terreno para atender a lo divino y celestial: oye y medita lo que dijo de Cristo el Santo Simeón, conviene a saber: que este Niño había nacido para ruina y resurrección de muchos de Israel; para ruina de los malos que no le recibieron, y resurrección de los que le recibieron y adoraron y siguieron sus pisadas: entra la mano en tu pecho, y considera si ha nacido el Redentor para bien o ruina de tu alma: mira cómo le has recibido y tomado sus ejemplos y seguido sus pisadas, y gime y llora tu descuido y la tibieza que has tenido hasta aquí, y empieza desde hoy con fervor a entrar en su santo servicio, porque no se trueque en ponzoña por tu malicia la triaca que Dios te ha dado para salud de tu alma.

PUNTO IV. Considera cómo ordenó Dios que viniese también una santa mujer, viuda, honesta y sabia, de mucha penitencia, oración y asistencia al templo, a reconocer a Cristo y publicar sus loores a todos los de Israel, para que de todos estados fuese reconocido y adorado el Redentor, no les quedase escusa a los del pueblo, pues sabiéndolo no le reconocieron: contempla el eco que todas estas cosas harían en el corazón de su Santísima Madre, y cómo alabaría y engrandecería a Dios por ellas, y acompáñala en darle loores y alabanzas con todos: gózate de que sea alabado y glorificado en la tierra como en el cielo, y pide a todas las criaturas que le alaben y glorifiquen y suplan lo que a ti te falta.

 

ORACIÓN PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS

Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e ins­pi­ra­ciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

Ofrecimiento diario de obras

Ven Espíritu Santo

inflama nuestros corazones

en las ansias redentoras del Corazón de Cristo

para que ofrezcamos de veras

nuestras personas y obras

en unión con Él

por la redención del mundo

 

Señor mío y Dios mío Jesucristo

Por el Corazón Inmaculado de María

me consagro a tu Corazón

y me ofrezco contigo al Padre

en tu Santo Sacrificio del altar

con mi oración y mi trabajo

sufrimientos y alegrías de hoy

en reparación de nuestros pecados

y para que venga a nosotros tu Reino.

Te pido en especial

Por el Papa y sus intenciones,

Por nuestro Obispo y sus intenciones,

Por nuestro Párroco y sus intenciones.

30 de diciembre. SAN SABINO OBISPO Y SUS COMPAÑEROS MÁRTIRES #santos

30 de diciembre

San Sabino

Obispo

y sus compañeros

mártires

(† 303)

 

La rabia y crueldad de los gentiles contra los fieles habían llegado a tal extremo en tiempo de Diocleciano y Maximiano, que por edicto imperial se habían puesto ídolos en todos los mercados, en los molinos públicos, en los hornos, en los caminos, en los mesones, en las fuentes públicas, en los pozos y en los ríos, para que nadie pudiese tomar agua, moler trigo ni comprar cosa alguna sin que hubiese adorado antes a los simulacros de los falsos dioses.

 

Pero el Señor suscitaba ilustres héroes que con su celo apostólico, su ejemplo y sus prodigios, alentaban a los fieles a menospreciar todos los artificios de aquella tiranía infernal: y uno de estos héroes cristianos fue el admirable san Sabino, obispo de Espoleto en Umbría: el cual, cuando más arreciaba la persecución, y se veían en todas partes horcas levantadas, hogueras encendidas, potros, calderas de aceite hirviendo, uñas de hierro y otras invenciones de torturas, recorrió todas las ciudades y pueblos de la provincia, consolando y esforzando a los fieles, con sus exhortaciones y con los santos sacramentos.

 

Noticioso al fin el gobernador de Toscana, llamado Venustiano, de que el obispo Sabino estaba en Asís y que no cesaba día y noche de alentar a los cristianos y visitar aun a los que estaban escondidos en cuevas subterráneas, pasó a Asís y le hizo buscar y prender juntamente con Exuperancio y Marcelo, sus diáconos, y cargado de cadenas los encerró en una horrorosa cárcel. Pocos días después los hizo presentar a su tribunal, y les mandó adorar una pequeña estatua de Júpiter, hecha de coral y de oro: y el santo, tomando el ídolo con sus manos, lo arrojó al suelo, y lo hizo pedazos.

 

Ordenó el presidente que allí mismo le cortasen las manos al santo obispo, y extendiesen en el potro a Exuperancio y a Marcelo y los moliesen a palos hasta matarlos, a los cuales no cesó de animar Sabino hasta que murieron. Serena, dama cristiana y riquísima, visitó al santo en la cárcel, y le rogó que curase a un sobrino que estaba ciego, y el mártir le alcanzó luego la vista.

 

Con este milagro se convirtieron quince presos. También el gobernador Venustiano fue atormentado con grandes dolores en los ojos, por espacio de un mes, y por esta causa no pasó adelante en el suplicio del santo obispo, y como el dolor creciese cada día, y le dijesen que Sabino acababa de dar la vista a un ciego, fue a la cárcel con su mujer y dos hijos y rogó al santo que le perdonase los tormentos que le había hecho sufrir, y le aliviase los que él padecía en los ojos. Respondióle el santo que alcanzaría esta gracia si quería creer en Jesucristo y se bautizaba. Aceptó el gobernador el partido, y arrojando al río los pedazos del ídolo de coral, pidió al santo que le instruyese en la fe, y al instante se halló curado, y recibió el bautismo con toda su familia: lo que habiendo llegado a oídos del emperador, mandó que les cortasen la cabeza. Finalmente, Lucio, sucesor de Venustiano, hizo conducir a Espoleto a san Sabino, donde le mandó azotar con látigos forrados de plomo, hasta que expiró.

 

Reflexión : ¡Cuánta verdad es que jamás Dios se deja vencer en generosidad de sus siervos! Si como san Sabino resiste denodado y confiesa su fe, parece que pone a su disposición toda su omnipotencia, según, son los milagros y conversiones que obra. Por muchos sacrificios que hagas por El, siempre serán mayores las gracias que te conceda.

 

Oración : ¡Oh Dios omnipotente! Vuelve tus ojos compasivos sobre nuestra debilidad, y pues nos agrava el peso de nuestras miserias, concédenos la protección del bienaventurado Sabino, tu mártir y pontífice. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

P. Francisco de Paula Morell, s.j., Flos Sanctorum de la familia cristiana, Buenos Aires, Libreria editorial Santa Catalina, 1949.

domingo, 28 de diciembre de 2025

LA VENIDA DE LOS PASTORES A RECONOCER A CRISTO #navidad #evangelio #medi...

29 de diciembre

De la venida de los pastores a reconocer a Cristo

 

MEDITACIONES DIARIAS

DE LOS MISTERIOS

DE NUESTRA SANTA FE,

por el P. Alonso de Andrade,

DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Señor mío y Dios mío: creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

29 de diciembre

MEDITACIÓN

De la venida de los pastores a reconocer a Cristo.

 

PUNTO PRIMERO. Considera cómo apareció el ángel del Señor a los pastores que velaban sobre sus ganados, y les dijo cómo había nacido el Redentor en Belén, para que le fuesen a adorar; y pondera que no dio esta nueva a los sabios y nobles, ni a los ricos y poderosos, porque aquellos no le creería, y estos no dejarían sus comodidades y regalos por venirle a adorar, sino a los sencillos pastores, porque Dios se manifiesta a los que le sirven con sencilla y santa voluntad, dejando secos y en tinieblas a los muy resabidos del siglo: saca de aquí afectos de servirle con sencilla y humilde voluntad, y de estimar a las personas humildes que le sirven como estos pastores. Pondera otrosí que, como dice San Gregorio, apareció el ángel a los pastores que velaban sobre su grey, porque visita Dios con sus ilustraciones a los pastores y superiores que velan sobre sus ovejas, cuidando de aquellos que les ha encomendado: levanta el corazón a Dios, y pídele con afecto de tu alma que te despierte con su luz, para que no te duermas, ni descuides en tu ministerio y oficio, porque no desmerezcas su santa visitación.

PUNTO II. Considera las señas que les da el ángel para hallar al Salvador: conviene a saber, que le hallarán infante envuelto en pañales y reclinado en un pesebre, todas señas misteriosas y llenas de mucha enseñanza. ¡Infante pequeño al que no cabe en los cielos! ¡Sin habla al que es la voz del Padre! Porque Adán, dice San Bernardo, temió la voz de Dios en el paraíso y se escondió de él, vino Cristo callado y sin voz, porque el hombre no le temiese y se llegase a él; ¡oh Señor, ya no estáis de temer, sino de amar! dadme gracia para que os ame y me llegue cerca de vos: fajado, porque tiene en la segunda venida atadas las manos para castigar al pecador y libres para hacerle bien: envuelto en pañales, disimulada y escondida su majestad con el velo de la humanidad, para que los hombres no se recatasen de conversar con él, como Moisés cubrió su rostro cuando resplandecía, porque los de Israel pudiesen negociar con él: reclinado en un pesebre el que está sentado en el trono sublime de la gloria, en su grandeza y majestad, leyendo a, todos cátedra de humildad, mansedumbre, de amor y caridad, teniéndola igual para con todos: aprende pues lo que te enseña este Divino Maestro, y saca afectos de mansedumbre, paciencia, benignidad, misericordia, humildad y caridad para con todos tus hermanos.

PUNTO III. Considera cómo en oyendo los pastores la nueva de alegría que les dio el ángel, se convidaron unos a otros a venir a ver al Salvador, y vinieron con diligencia, y le hallaron como el ángel se lo dijo, y le reverenciaron y adoraron con igual fe y devoción: a donde tienes mucho que meditar y aprender. Lo primero a dar fe a los oráculos divinos, como la dieron estos pastores al ángel; lo segundo a poner en ejecución las inspiraciones de Dios, y corresponder a su santa vocación cuando te llamare a su servicio, con el fervor y diligencia que lo ejecutaron los pastores; lo tercero a convidar a tus prójimos y animarlos para el servicio de Dios, como estos buenos pastores se animaron unos a otros a venir a Belén a reconocer y servir a Dios; lo cuarto confiar en él, que le hallarás si le buscares, como le hallaron ellos: levanta el corazón a Dios, y pide al Señor que te llame y alumbre como a estos pastores, y que te fortifique con su gracia, para que le obedezcas, busques y sirvas como ellos.

PUNTO IV. Camina con los pastores al portal de Belén: entra con ellos adonde está el Redentor, y adórale y reverénciale en su compañía: mira los dones que le ofrecen, y ofrécele tu corazón; atiende al retorno de gozo y devoción que recibieron de la mano del Señor, y espérale tú también, porque nunca deja vacios a los que le sirven de corazón. Contempla la alegría y consuelo de sus almas; y el alborozo con que volvieron a su ganado, habiendo adorado al Redentor, y cómo le hallaron entero y mejorado, porque nunca pierde, mas antes se mejora el que se emplea en el servicio de Dios, no solamente en lo espiritual sino en lo temporal también.

 

ORACIÓN PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS

Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e ins­pi­ra­ciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

Ofrecimiento diario de obras

Ven Espíritu Santo

inflama nuestros corazones

en las ansias redentoras del Corazón de Cristo

para que ofrezcamos de veras

nuestras personas y obras

en unión con Él

por la redención del mundo

 

Señor mío y Dios mío Jesucristo

Por el Corazón Inmaculado de María

me consagro a tu Corazón

y me ofrezco contigo al Padre

en tu Santo Sacrificio del altar

con mi oración y mi trabajo

sufrimientos y alegrías de hoy

en reparación de nuestros pecados

y para que venga a nosotros tu Reino.

Te pido en especial

Por el Papa y sus intenciones,

Por nuestro Obispo y sus intenciones,

Por nuestro Párroco y sus intenciones.