viernes, 12 de diciembre de 2025

EL NOMBRE DE NUESTRA SEÑORA #adviento #meditacion #evangelio

Sábado de la II semana de Adviento.

Del nombre de Nuestra Señora.

 

MEDITACIONES DIARIAS

DE LOS MISTERIOS

DE NUESTRA SANTA FE,

por el P. Alonso de Andrade,

DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Señor mío y Dios mío: creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

MEDITACIÓN

Sábado de la II semana de Adviento.

Del nombre de Nuestra Señora.

 

PUNTO PRIMERO. Considera cómo en cumpliendo los ocho días, conforme a la costumbre de los hebreos, la pusieron por nombre MARÍA, nombre dado de la mano del Altísimo y misterioso, según las varias significaciones que tiene. Y lo primero considera, que, como dice San Bernardo (1), este nombre de María significa estrella del mar, porque la beatísima Virgen nació para estrella y norte de la Iglesia, a quien deben mirar y seguir todos los que navegan por el mar de este mundo al puerto de la bienaventuranza, si quieren alcanzarle, y no ser anegados en las tempestades que continuamente se levantan y combaten las naves de nuestra navegación; de lo cual debes sacar, como dice el mismo San Bernardo, no apartar los ojos, ni perder de vista a esta celestial estrella, si quieres tener acertado y próspero viaje en la navegación del cielo. Tómala por tu guía, y pídela que te enseñe el camino que has de llevar: tenla presente en todas tus acciones y procura imitar sus virtudes, que él te alumbrará y ayudará con las celestiales influencias de su gracia.

PUNTO II. Contempla, que como dice San Buenaventura (2), este nombre de María significa mar amargo, mar por la inmensidad de gracias que recibió, y amargo por las muchas amarguras que pasó en este mundo hasta llegar al puerto de la gloria; verificándose en la Madre, como en el Hijo, que convino que padeciese para entrar en su gloria: y siendo esto así, contempla lo mucho que padeció la Beatísima Virgen desde la hora en que nació, hasta que subió al cielo, que cuando no padeciera más que el destierro de quien tan tiernamente amaba, era de grande sentimiento; y disponte a padecer a su imitación, si quieres entrar con ella en la gloria: ofrécete de corazón a su servicio y compañía: persuádete, que has de pasar por el mar amargo de los trabajos, si quieres llegar al puerto del descanso de la bienaventuranza.

PUNTO III. Considera, que este glorioso nombre de María significa Señora, no solo porque lo fue de los ángeles y hombres, sino mucho más de sí misma, sujetando todas sus pasiones y apetitos a la razón y a la voluntad del Altísimo, a quien debes imitar, si deseas ser su consorte en la corona de la gloria, sujetando tus apetitos a la razón, y tu voluntad a la de Dios, y procurando con valerosa mortificación que tu espíritu sea señor de tu carne y la tenga sujeta y rendida a su santa ley. Pídela su favor y su gracia para ello, y que te comunique una centella de aquel fuego sagrado que ardió en su pecho, para que te fervorice en el servicio de Dios y en su santa imitación.

PUNTO IV. Considera con cuánta razón canta la iglesia de María, que trocó el nombre de Eva, pues Eva se rindió a la serpiente, y María la venció y puso el pie sobre su cabeza: Eva se sujetó a su apetito, y María señoreó sus apetitos y los tuvo refrenados y sujetos a su espíritu: Eva cayó como flaca, y María venció como fuerte: Eva nos acarreó la muerte, y María nos acarreó la vida: Eva nos dio el fruto mortífero, y María el saludable de vida: Eva fue madre del pecado y ocasión de nuestro destierro y de infinitas miserias, y María Santísima fue Madre de gracia, Madre de misericordia y puerta del Paraíso: Eva provocó la ira de Dios contra nosotros, y María le inclinó a piedad y misericordia: Eva nos perdió la gracia, y María la restauró por medio de su intercesión, reconciliándonos con Dios: Eva fue afrenta de las mujeres, y María fue la honra de las mujeres y de todo el género humano: por Eva nos vino la maldición de Dios, y por María la bendición. Exclama con todo tu corazón, contemplando esta verdad, y dila con afecto cordialísimo, nacido de la estimación y agradecimiento que la debes: Oh Virgen Santísima y Purísima, bendita eres tú entre todas las mujeres: tú eres la honra del género humano, a ti debemos en gran parte la restauración de nuestro bien: Oh Emperatriz Soberana, norte de nuestra navegación, guía de nuestro camino, luz que destierra las tinieblas, alumbra mi alma y conforta mi espíritu, para que siga tus pasos y deje los de la primera Eva: dame tu favor para que desprecie todo lo terreno, ame y busque lo celestial , y sirva a tu benditísimo Hijo por todos los siglos de los siglos. Amén.

(1) Bernard, serm. 2 sup Missus est. (2) Bonav. in spec. c. 5.

 

ORACIÓN PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS

Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e ins­pi­ra­ciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

Ofrecimiento diario de obras

Ven Espíritu Santo

inflama nuestros corazones

en las ansias redentoras del Corazón de Cristo

para que ofrezcamos de veras

nuestras personas y obras

en unión con Él

por la redención del mundo

 

Señor mío y Dios mío Jesucristo

Por el Corazón Inmaculado de María

me consagro a tu Corazón

y me ofrezco contigo al Padre

en tu Santo Sacrificio del altar

con mi oración y mi trabajo

sufrimientos y alegrías de hoy

en reparación de nuestros pecados

y para que venga a nosotros tu Reino.

Te pido en especial

Por el Papa y sus intenciones,

Por nuestro Obispo y sus intenciones,

Por nuestro Párroco y sus intenciones.

 

 

13 de diciembre. SANTA LUCÍA, VIRGEN Y MÁRTIR #santos #santoral

 

13 de diciembre

Santa Lucía

Virgen y mártir

(† 300)

 

Lucía significa "luminosa", "llena de luz", y por ello en algunas partes se representa a nuestra Santa de hoy, con una lámpara encendida en la mano, como haciendo coro a esas vírgenes prudentes de las que habla el Evangelio. La pintan con una especie de plato llevando sus propios ojos en él. La jovencita había consagrado su virginidad a Jesucristo. Un joven le dijo que los tenía muy bellos los ojos y se los sacó para quedarse fiel a su divino Esposo. Nuestra Santa puede ser invocada como la abogada de la buena vista, ya que supo distinguir muy bien dónde estaba el oro y dónde el oropel. Es decir, la verdadera fe en Jesucristo la guió siempre por el verdadero camino hasta la meta, a pesar de las tinieblas de la noche del pecado que intentaron desviarla.

 

Dante en la Divina Comedia colocó a Santa Lucía al lado del Precursor, en uno de los puestos más avanzados del Paraíso. En el antiguo Canon de la Misa se la nombra junto con sus compañeras y famosas mártires: Inés, Cecilia, Anastasia, Perpetua, Felicidad y su compatriota Agueda.

 

Desde la antigüedad gozó de una gran fama en Roma y en todo el mundo cristiano. Sólo en la Ciudad Eterna llegó a haber veinte iglesias dedicadas a esta Santa. En Siracusa -célebre ciudad siciliana- gozó siempre de una gran popularidad y los poetas y santos cantaron sus gestas. En una inscripción del siglo IV, encontrada a finales del siglo pasado en una de las Catacumbas más célebres de Siracusa, la de San Juan, se puede leer esta lápida: " - Euskia, la irreprochable, vivió santa y pura alrededor de quince años; murió en la fiesta de mi Santa Lucía, la cual no puede ser alabada como se merece".

 

Lucía era huérfana de padre, y su madre tenía puestos los ojos en ella pensando en darle un buen porvenir con un ventajoso matrimonio. Lucía había hecho voto de virginidad. De momento Lucía no dijo nada a su madre, Eutiquia, pero pensó para sí: "Yo también seré como Agueda y otras mártires que se consagraron a Jesucristo para siempre. Si llega la hora, también seré mártir por Él". Pero vino a decir como el Profeta: "Mi secreto para mí". A nadie reveló su promesa o voto.

 

Sin saber cómo, su buena madre quedó presa de una enfermedad que parecía incurable. Lucía no la dejaba ni de noche ni de día. La trataba con filial afecto. Se enteró Lucía de que cerca de allí, en Catania, obraba muchos prodigios el sepulcro de la mártir Santa Agueda y convenció a su madre para que fueran allí a pedir su curación a la mártir catenense. La gracia fue doble: curación material de la enfermedad de su madre y curación espiritual de la ceguera que tenía Eutiquia sobre el matrimonio de su hija Lucía. Dijo la madre: "Perdóname, hija querida, veo ahora lo engañada que estaba con tu falso porvenir. Daremos todo cuanto tenemos y nos entregaremos al servicio del Señor".

 

Al enterarse de su negativa, su mismo prometido fue quien la acusó ante el pretor de que era cristiana. La llevaron ante él y quiso hacerla desistir pero no sabía con quién trataba. A ello contestó intrépida Lucía: "No tengo miedo a vuestras amenazas. Soy de Jesucristo y como le pertenezco, El sabrá defenderme y me dará fuerzas para poder resistir cuantos tormentos queráis descargar sobre mí. Soy templo vivo de Dios y no lo podréis profanar". Y así fue. La martirizaron cruelmente. La cubrieron con pez y resina. Pascasio intentó profanarla, pero no lo pudo conseguir. Por fin, con una espada cortaron su cuello virginal. Era el 13 de Diciembre del año 300.

 

jueves, 11 de diciembre de 2025

NATIVIDAD DE MARIA SANTÍSIMA, NUESTRA SEÑORA #adviento #evangelio #medit...

Viernes de la II semana de Adviento.

De la Natividad de María Santísima Señora nuestra.

 

MEDITACIONES DIARIAS

DE LOS MISTERIOS

DE NUESTRA SANTA FE,

por el P. Alonso de Andrade,

DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Señor mío y Dios mío: creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

MEDITACIÓN

Viernes de la II semana de Adviento.

De la Natividad de María Santísima Señora nuestra.

 

PUNTO PRIMERO. Considera cómo dispuso la Divina Providencia, que los santos padres de la Beatísima Virgen fuesen ancianos y estériles, porque había de ser más hija de la gracia que de la naturaleza: tal ha de ser el que Dios escoge con especial gracia para su servicio. Contempla los dilatados deseos de estos siervos suyos, y cómo Dios les dilató esta merced hasta el último tercio de su vida, y cuando menos le pudieran esperar, entonces le recibieron de su mano; porque Dios vende sus dones a precio de clamores, gemidos, oraciones, esperanzas y deseos. Aprende a tener paciencia y esperanza, y a no descaecer en los tuyos, que si Dios te dilata el cumplimiento de ellos, es para probar tu confianza y hacerte más digno de recibir sus mercedes con la paciencia y confianza en su bondad y misericordia, y cuando te halles mas imposibilitado de alcanzarlas con las fuerzas humanas las recibirás de su mano, como los santos padres de la Purísima Virgen.

PUNTO II. Considera el gozo y alegría que tuvieron el cielo y la tierra con el nacimiento de esta celestial Señora; porque la Santísima Trinidad tuvo especial agrado en esta Divina Princesa: el Padre por ser su hija: el Hijo por ser su madre: el Espíritu Santo por ser su esposa: los ángeles se alborozaron y la reverenciaron como a su reina, los hombres como a su señora, y en especial sus santos padres tuvieron cordialísimo gozo, viéndose honrados y enriquecidos con prenda de tan grande valor; y al paso que habían sido grandes sus deseos, fue grande el gozo que tuvieron en recibirla: y así dice la iglesia, que el nacimiento de la Virgen acarreó gozo a todo el universo mundo: no te quedes tú solo sin él; mas gózate de tener tal Señora ,tal reina, tal madre y tal patrona para con Dios: entra en su casa en compañía de los ángeles, y dale al padre las gracias y la enhorabuena por haberle nacido tal hija, y al Hijo por tal madre, y al Espíritu Santo por tal esposa , y a los ángeles por tal reina, y a los hombres por tal patrona, y a sus santos padres por tal hija mejor que muchos hijos, y a todo el mundo, porque ha nacido la aurora que destierra sus tinieblas , y a la misma Virgen dala el parabién de haber venido al mundo para el remedio del mundo; y pídele nazca en tu alma por devoción, afecto y gracia, y que sea tu patrona y amparo delante de Dios perpetuamente.

PUNTO III. Contempla las gracias, y prerrogativas con que nace para ser digna madre de Dios; porque en primer lugar, como dice San Juan Damasceno (1), no causó dolores a su madre como los otros hijos en el parto, sino antes grande deleite y gozo como quien venía a darle a todo el mundo, y en naciendo resplandeció su rostro como el sol y bañó a todos los presentes de una luz suavísima, causando juntamente devoción en sus almas; y el Espíritu Santo enriqueció la suya con todas las gracias y virtudes, y su purísimo cuerpo con todos los dones que para tan alta dignidad, como era ser madre de Dios, se requieren; y como dijo San Buenaventura, adornó la casa al Verbo Eterno digna de su morada. Los cielos dispuso Dios tan hermosos y llenos de delicias para solar suyo y habitación de los bienaventurados, la tierra con su fertilidad y frutos para habitación de los hombres , y a la Santísima Virgen adornó el Espíritu Santo con todos los dones y gracias que una pura criatura pudo tener para ser morada y madre dignísima del Hijo Eterno de Dios; y el exceso que lleva el Verbo a los ángeles y a los hombres, ese (a nuestro modo de entender) lleva esta celestial morada de María a los cielos y a la tierra y a cuánto hay de precio en ellos. Saca de aquí grandes afectos de júbilo y gozo de que sea tan santa, sublime y adornada esta celestial Emperatriz, y que el día que nace empiece por donde los mayores santos acabaron, y de que se cimente esta casa en los montes de más alta santidad de la Iglesia; у advierte qué linaje de santidad se requiere para ser digna morada del Señor, y pide al Espíritu Santo, que como adornó a la Virgen, te adorne, y disponga tu morada, para que seas digno de recibirle en ella.

PUNTO IV. Considera, que si Dios la enriqueció con tantos dones y gracias sobre todos los santos, fue para que la venerásemos y amásemos y sirviésemos sobre todos los santos; y así debes tenerla cordialísimo amor y devoción sobre todos cuantos santos hay en la iglesia, y dedicarte desde luego a su servicio. Mete la mano en tu pecho, y considera cuán ingrato has sido a sus beneficios, y cuán tibiamente la sirves: llora tu tibieza y flojedad, y ofrécete desde hoy por su esclavo, aunque indigno de servirla. Pídela perdón de las faltas pasadas, y no ceses de venerarla, rogarla y servirla, recuperando en el resto de tu vida lo que has perdido en la pasada.

(1) S. Damasc. 5. 1. def. de Nat. Virg.

 

ORACIÓN PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS

Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e ins­pi­ra­ciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

 

Ofrecimiento diario de obras

Ven Espíritu Santo

inflama nuestros corazones

en las ansias redentoras del Corazón de Cristo

para que ofrezcamos de veras

nuestras personas y obras

en unión con Él

por la redención del mundo

 

Señor mío y Dios mío Jesucristo

Por el Corazón Inmaculado de María

me consagro a tu Corazón

y me ofrezco contigo al Padre

en tu Santo Sacrificio del altar

con mi oración y mi trabajo

sufrimientos y alegrías de hoy

en reparación de nuestros pecados

y para que venga a nosotros tu Reino.

Te pido en especial

Por el Papa y sus intenciones,

Por nuestro Obispo y sus intenciones,

Por nuestro Párroco y sus intenciones.