miércoles, 10 de febrero de 2021

JUSTICIA DE SAN JOSÉ. San Agustín

JUSTICIA DE SAN JOSÉ

San Agustín

Quienes pretenden eliminar la fe en los evangelios, quieren también mofarse de lo que sigue a continuación, como para mostrarnos que hemos sido unos temerarios al creer lo que dice el evangelista, a saber: Desposada María, su madre, con José, antes de comenzar a vivir juntos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería exponerla a la deshonra, resolvió abandonarla en secreto.

En efecto, como sabía que no se hallaba en estado por intervención suya, con lógica aparente la consideraba ya adúltera. Siendo justo —como dice la Escritura— y no queriendo exponerla a la deshonra, es decir, dar publicidad al hecho —pues son también muchos los códices que se expresan así —, resolvió abandonarla sin hacerlo público. Como marido, se turba ciertamente, pero, como justo, no se ensaña con ella. Es tan grande la justicia que se atribuye a este varón, que ni quiso tener consigo a una adúltera, ni osó castigarla una vez delatada. Resolvió abandonarla sin hacerlo público —dice—, porque no quiso castigarla ni delatarla. Ved, pues, su auténtica justicia: el motivo por el que quería perdonarla no era su deseo de tenerla.

En efecto, hay muchos que, llevados del amor carnal, perdonan a sus esposas adúlteras, queriendo retenerlas, aun siendo adúlteras, para satisfacer las propias apetencias carnales. Este varón justo, en cambio, no quiere tenerla consigo; luego su amor por ella no es carnal; y, sin embargo, no quiere castigarla; luego su perdón procede de la misericordia. ¡Extraordinaria justicia la de este varón! Ni se queda con la adúltera, ni hay sospecha de que su perdón proceda de un amor libidinoso; y, con todo, ni la castiga ni la delata. Con toda razón fue escogido para testigo de la virginidad de su esposa. Así, pues, la autoridad divina afianzaba al que la debilidad humana producía turbación.

Continúa diciendo el evangelista: Pensando él en todas estas cosas, he aquí que se le apareció en sueños un ángel que le dijo: José, no temas recibir a María como tu esposa, pues lo que en ella ha nacido es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pon­drás por nombre Jesús, ¿Por qué Jesús? Porque él —dijo— salvará a su pueblo de sus pecados. Se entiende, por tanto, que el término hebreo «Jesús» se traduce en latín por Salvador, lo que deducimos de la misma explicación del nombre. Como si se le preguntase: «¿Por qué Jesús?», añadió inmediatamente: Él salvará a su pueblo de todos sus pecados, dando razón del término. Esto creemos con piedad, esto retenemos con toda firmeza: que Cristo nació del Espíritu Santo y de la Virgen María.