COMENTARIO AL EVANGELIO
San Jerónimo
Miércoles Santo
El Dios de las venganzas, el Señor, el Dios de las venganzas actúo libremente. (Sal 93,1) En efecto, sólo actúo libremente quien hoy nos muestra lo que ha hecho. Pues con libertad actúo Aquel de quien mucho antes se había profetizado que se convirtió como un hombre sin ayudam libre entre los muertos. ¿Queréis saber qué es lo que llevó a cabo? Escuchad lo que hizo. Sin obligación alguna, por sus propia voluntad, pertemitio que los colgaran del leño de la cruz; no puso reparos a que su cuerpo fuese taladrado por unos clavos, sufrió la muerte hasta exhalar el último suspiro; reposó su carne en un sepulcro y en compañía de su alma desdecendió a los infiernos; encadenó al principe de las tinieblas y de la muerte, desbarató sus legiones; hizo saltar los férreos cerrojos de las puertas del infierno y dejó en libertad a todos los justos que se veían retenidos por el pecado original; restitutyó a los cautivos a su antigua libertad, e inundó de luz resplandeciente a quienes se hallaban cegados por las tinieblas de los pecados. Acabáis de escuchar el motivo por el que se describe a nuestro defensor como el Señor de las venganzas, que actuó libremente.