COMENTARIO AL EVANGELIO
San Jerónimo
VIGILIA PASCUAL
En una sola casa -dice la Escritura- comeréis esa carne asada al fuego,
acompañándola de pan ázimo y hierbas amargas. No la comeréis cruda ni hervida
al agua, sino asada al fuego (Ex 12,8ss). Se nos ordena comer panes
carentes de levadura añeja de malicia y de maldad (1 Cor 5,8). Sobre ella
advierte el Señor a sus discípulos también cuando dice: “Guardaos de la
levadura de los fariseos” (Mt 16,6), aclarando a continuación que la levadura
representa la perversa doctrina de los fariseos. Por tanto, nosotros, si
queremos estar apartados de la doctrina de este mundo y vivir como ajenos a su
palabrería, sometámonos también a las persecuciones y a las tribulaciones, y
entonces comeremos, como dice el apóstol Pablo (1 Cor 5,8), los panes de la
sinceridad y de la verdad. ¿Quieres, oyente, entender lo que estoy diciendo? Di
la verdad, habla sinceramente, no te arredres ante la personalidad de nadie rico
o poderoso. Aunque sea poderoso o noble el que cometa un pecado, repréndelo, y
entonces comerás los ázimos de la sinceridad y de la verdad en la amargura. De
ahí que el apóstol Pablo diga: “Diciéndoos la verdad me convierto en enemigo
vuestro” (Gal 4,16); y de que un poeta declare en un proverbio de carácter
profano: “La condescendía procure amigos; la verdad, en cambio, enemistad”. En
cuanto a lo que a continuación se añade, es decir, que no comamos la carne del
cordero ni cruda ni hervida al agua, quiere darse a entender con ello que no
debemos interpretar las Sagradas Escrituras, representadas ciertamente por la
carne del cordero, solo bajo el punto de vista histórico, como hacen los
judíos, y tomarlas en crudo; ni tampoco debemos convertirlas en dogmas
perversos al estilo de los herejes con sus alegorías y sus oscuras
interpretaciones, ni debilitarlas quitándoles todo el jugo de la verdad y
esparciendo sobre ellas unos rasgos de sombras y de apariencias, sino
interpretarlas tal y como están escritas al pie de la letra, pero depurándolas
nada menos que con el fuego del Espíritu Santo y explicando desde un punto de
vista espiritual todo cuanto en el texto nos parezca incongruente y oscuro al
leerlo literalmente.