sábado, 6 de diciembre de 2014

EXAMEN DE CONCIENCIA PARA EL ADVIENTO


EXAMEN DE CONCIENCIA PARA EL ADVIENTO

El tiempo litúrgico del Adviento quiere disponernos interiormente al misterio de la Navidad: el misterio de Dios que viene a nosotros. Recordando la larga preparación de la primera venida del Salvador, se renueva también el ardiente deseo de su segunda Venida y se toma conciencia de su presencia ya ahora entre nosotros.

ADVIENTO: RECUERDO DE LA PRIMERA VENIDA

1.      El Dios cristiano es el Dios que desde el mismo momento de la creación, ha querido hacerse amigo del hombre, ha salido a su encuentro. ¿Cómo me sitúo ante este deseo de Dios?  ¿Quiero que se haga presente en mi vida? ¿Encuentra resistencia en mí a abrirle mi corazón? ¿Quiero que venga pero cuando yo diga y como yo quiera?

2.      Las personas elegidas por Dios a lo largo de la historia de la salvación son un ejemplo para nosotros de cómo esperar al Mesías:
·         ¿Tengo la fe de Abraham en qué Dios va a cumplir su promesa a pesar de mis debilidades e infidelidades?
·         ¿Acepto la misión/vocación/situación que Dios me ha dado con la obediencia de Moisés?
·         Como los profetas, ¿mi vida es testimonio de mi fe en Dios? ¿Me avergüenzo, callo u omito mi condición de cristiano en los ambientes que no son favorables?
·         Como Juan Bautista, ¿me preparo a la venida del Señor haciendo penitencia por mis pecados y por los pecados de la humanidad?
·         Como San José, ¿acepto la voluntad de Dios tal y como se hace presente en mi vida? O por el contrario, ¿busco hacer siempre mi voluntad? ¿Me revelo contra Dios o me quejo a él?
·         Como la Virgen Santísima, ¿busco la humildad, la sencillez, el ocultamiento? ¿Intento huir de toda ocasión de pecar para conservar mi alma inmaculada? ¿He llegado a aborrecer del todo al pecado o siento todavía afecto hacia él?

ADVIENTO: ESPERA DE LA SEGUNDA VENIDA

3.      El Señor ha de venir a juzgar a vivos y a muertos. Él es el juez de la historia, de toda la humanidad. ¿Creo firmemente esta verdad de fe? ¿Ansío esta venida del Señor o todavía estoy apegado a las cosas y a las personas?

4.      A veces, el deseo de la justicia divina, nace de un pecado de creerse uno santo y justo, por encima de los demás… también puede nacer de un visión victimista de la propia existencia donde los otros son siempre personas malas que me hacen daño, que me oprimen, que me ofenden… y si deseo que venga Jesús es porque deseo que le dé su castigo, su merecido. ¿He tenido estos pensamientos? ¿He expresado esto con mis palabras? ¿Perdono a mis enemigos y aquellos que me hacen daño, que me disgustan, etc?  ¿Deseo su salvación, rezo y me sacrifico por ellos? ¿También por los miembros de mi familia que no creen o viven alejados de Dios?

5.      Estad en vela, porque no sabéis el día ni la hora. Es necesario estar siempre preparados. ¿He retrasado acudir al sacramento de la confesión, aun con conciencia de pecado grave? ¿He consentido actitudes o situaciones pecaminosas en mi vida sin mayor escrúpulo?

6.      Pero el que no trabaja, que no coma –avisa san Pablo- ante aquellos que llevados por una falsa actitud de espera, no hacían nada. ¿He dejado de cumplir con mis obligaciones familiares o laborales quitándole importancia, dejando llevar por la pereza o anteponiendo “falsas obligaciones religiosas”?

7.      Al atardecer de la vida, seremos examinados del amor. ¿Cómo vivo el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo?


ADVIENTO: LA MUERTE COMO VENIDA PERSONAL DEL SEÑOR

8.      No sabemos si antes de nuestra muerte, llegará el fin del mundo. Pero lo que si sabemos con certeza es que la muerte llegará antes o después. El Señor vendrá a buscarnos y tendremos que presentarnos delante de él.  ¿Pienso que he de morir y que moriré como he vivido? ¿Intento prepararme para este momento? ¿Temo a la muerte? ¿Temo el juicio de Dios? ¿Me engaño a mí mismo con una idea falsa de la misericordia de Dios? ¿Me encomiendo a la Virgen y San José para tener una santa muerte?

9.      Los santos, a pesar de serlo, se creían merecedores del infierno; y, en cambio, mi vida deja mucho que desear comparada a las suyas. ¿Creo que mi pecado merece el infierno?

ADVIENTO: SU PRESENCIA ENTRE NOSOTROS

10.  En la primera venida, el Hijo de Dios vino en la humildad de nuestra carne haciéndose hombre como nosotros menos en el pecado. En la segunda venida, Jesucristo vendrá con su Santa Humanidad resucitada acompañado de sus ángeles en gloria y majestad. Pero él ha querido quedarse en medio de su Iglesia. ¿Amo a la Iglesia, me siento parte de ella? ¿Me preocupa lo que la Iglesia piensa y dice, lo que la Iglesia enseña? ¿Confío en su enseñanza? ¿Me duele cuando la Iglesia es criticada y burlada? ¿Participo de estas críticas? ¿He sido causa de escándalo por mis palabras o mis actuaciones?

11.  Cristo, Buen Pastor se hace presente a través del Papa, los obispos y los sacerdotes. ¿Los respeto como tales? ¿Los escucho con piedad filial? ¿Acudo a ellos confiados en mis necesidades o problemas? ¿Rezo por ellos para que sean santos e intento ayudarlos, o por lo contrario los juzgo, los critico o murmuro de ellos?

12.  Cristo se hace presente en los sacramentos. ¿Cómo celebro y participo en los sacramentos? ¿Intento prepararme debidamente para corresponder a la gracia que en ellos se me dan? En particular, con respeto al sacramento de la penitencia: ¿Hago debidamente el examen de conciencia? ¿Lo recibo con frecuencia? ¿Confieso mis pecados con sinceridad, humildad y verdadero arrepentimiento? ¿Hago el firme propósito de no volver a pecar y doy gracias a Dios por su perdón? Y con respeto al Sacramento de la Eucaristía: ¿Asisto a la Santa Misa de forma anodina y pasota? ¿Intento prestar toda la atención posible y unirme al sacerdote en su oración? ¿Vivo la espiritualidad de ofrecer toda mi vida junto con Cristo en el altar? ¿Cómo me acerco a la comunión? ¿Excito en mi sentimientos y deseos de fe, esperanzan y caridad? ¿Prolongo la misa con una acción de gracias interior?   

13.  Cristo se hace presente en la Sagrada Escritura. En ella, él nos habla, nos ilumina y exhorta, nos anima, consuela y corrige.  ¿Tengo la conciencia de que Dios me habla por medio de ella? ¿La escucho con atención cuando es proclamada en la Iglesia? ¿La leo en casa y la medito? ¿Busco comprender aquellas cosas que no entiendo en ella?


14.  Cristo también se hace presente con rostro desfigurado y oculto en nuestros hermanos. Cuando él vuelva, nos juzgará en la medida que hayamos practicado la obras de misericordia, en la medida que lo hayamos reconocido en rostros del hermano necesitado. ¿Cómo vivo yo las obras de misericordia? 

OBRAS DE MISERICORDIA

OBRAS CORPORALES
1. Dar de comer al hambriento
2. Dar de beber al sediento
3. Dar posada al necesitado
4. Vestir al desnudo
5. Visitar al enfermo
6. Socorrer a los presos
7. Enterrar a los muertos

OBRAS ESPIRITUALES
1. Enseñar al que no sabe
2. Dar buen consejo al que lo necesita
3. Corregir al que está en error
4. Perdonar las injurias
5. Consolar al triste
6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos