EL MARTIRIO
Como veía los martirios que por Dios los santos pasaban, me parecía que
compraban muy barato el ir a gozar de Dios, y deseaba yo mucho morir así (V 1,
5).
¿No sabéis, hermanas, que la
vida del buen religioso, que quiere ser amigo íntimo de Dios, es un largo
martirio? (C 12, 2).