Al que nos ama
y nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados
y ha hecho de nosotros un Reino de sacerdotes
para su Dios y Padre,
a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Mirad, viene acompañado de nubes;
todo ojo le verá, hasta los que le traspasaron,
y por él harán duelo todas las razas de la tierra. Sí.
Amén.
Ap 1, 5-7