ESTAR AL PIE DE LA CRUZ
COMO SAN JUAN
¿Quién será el soberbio y miserable,
como yo, que cuando hubiere trabajado toda su vida con cuantas penitencias y
oraciones y persecuciones se pudieren imaginar, no se halle por muy rico y muy
bien pagado, cuando le consienta el Señor estar al pie de la Cruz con San Juan?
No sé en qué seso cabe no se contentar con esto, sino en el mío que de todas
maneras fue perdido en lo que había de ganar. (V 22, 5)