OH RAÍZ
DEL TRONCO DE JOSÉ
Ya estás, ¡oh Hijo de
Jesé!, en marcha hacia la ciudad de tus antepasados, El Arca del Señor se ha
alzado y se dirige con su Señor dentro, al lugar de su descanso. "¡Cuán
bellos son tus pasos, oh Hija del Rey, en el esplendor de tu calzado",
cuando caminas llevando la salvación a las ciudades de Judá! Los ángeles te dan
escolta; tu fiel esposo te envuelve con toda su ternura, el cielo se complace
en ti y la tierra se estremece de júbilo a los pies de su Creador y de su
augusta Reina".
Sigue, pues, oh Madre de
Dios y de los hombres, Propiciatorio omnipotente donde se contiene el divino
Maná que protege al hombre de la muerte. Nuestros corazones marchan en tu
compañía; juramos como tu real ancestro 'no entrar en casa, no subir a nuestro
lecho, no cerrar nuestros párpados, ni entregar al reposo nuestra cabeza hasta
que hayamos encontrado una morada para tu Señor en nuestros corazones, una
tienda para el Dios de Jacob'. Ven, pues, oh tallo de Jesé, oculto en el seno
purísimo del Arca Sagrada, hasta que llegue el momento de revelarte a los
pueblos como un estandarte victorioso. Entonces los reyes vencidos enmudecerán
en tu presencia, y las naciones se dirigirán a ti con sus ruegos. Date prisa,
oh Mesías, ven a vencer a todos tus enemigos, ven a librarnos”.
Dom Próspero Guéranger,
El Año Litúrgico
Oh
Renuevo del tronco de Jesé,
que te
alzas como un signo para los pueblos,
ante
quien los reyes enmudecen
y cuyo
auxilio imploran las naciones,
¡ven a
librarnos, no tardes más!
V/. Derramad, cielos, desde lo alto vuestro rocío y las nubes
lluevan al Justo.
R/. Que se abra la tierra y brote el Salvador.
ORACIÓN. Dios nuestro, que te has
dignado revelar al mundo el esplendor de tu gloria por medio del parto de la
santísima Virgen María, concédenos venerar con fe íntegra y celebrar con
sincero rendimiento el gran misterio de la encarnación de tu Hijo. Que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
R/. Que se abra la tierra y brote el Salvador.