Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se hace hoy memoria de san Mateo, apóstol y evangelista, llamado antes
Leví, que al ser invitado por Jesús para seguirle, dejó su oficio de publicano
o recaudador de impuestos y, elegido entre los apóstoles, escribió un evangelio
en que se proclama principalmente que Jesucristo siendo hijo legal de José, desposada con María, de la cual
nació, es hijo de David, hijo de Abrahán, dando plenitud al Antiguo Testamento.
Meditamos este rosario con citas de su Evangelio, y ofrezcámoslo por la
conversión del pueblo judío y para que nosotros imitemos su prontitud seguir al
Señor.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Viene
Jesús desde Galilea al Jordán y se presenta a Juan para que lo bautice. Pero
Juan intentaba disuadirlo diciéndole: «Soy yo el que necesito que tú me
bautices, ¿y tú acudes a mí?». Jesús le contestó: «Déjalo ahora. Conviene que
así cumplamos toda justicia»*. Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó
Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios
bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que
decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».” Mt 3, 13-17
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“Todavía
estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron
fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó: «Tu madre y tus hermanos
están fuera y quieren hablar contigo». Pero él contestó al que le avisaba:
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y, extendiendo su mano hacia
sus discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la
voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y
mi madre».” Mt 12, 46-50
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Entonces
comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de
los cielos».” Mt 4, 17
4.-La Transfiguración del Señor
“Seis
días más tarde, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y
subió con ellos aparte a un monte alto. Se transfiguró delante de ellos, y su
rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la
luz. De repente se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro,
entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bueno es que estemos
aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías». Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su
sombra y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el amado, en quien me
complazco. Escuchadlo». Al oírlo, los
discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos,
le dijo: «Levantaos, no temáis». Al
alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban del
monte, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del
hombre resucite de entre los muertos». Los discípulos le preguntaron: «¿Por qué
dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?». Él les contestó: «Elías
vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo
reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo
del hombre va a padecer a manos de ellos». Entonces entendieron los discípulos
que se refería a Juan el Bautista.” Mt 17, 1-13
5.- La institución de la Eucaristía
“Mientras
comían, Jesús tomó pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió, lo dio
a los discípulos y les dijo: «Tomad, comed: esto es mi cuerpo». Después tomó el
cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo: «Bebed todos; porque esta es mi
sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.
Y os digo que desde ahora ya no beberé del fruto de la vid hasta el día que
beba con vosotros el vino nuevo en el reino de mi Padre».” Mt 26, 26-29