sábado, 9 de mayo de 2015

DIOS INEFABLE. Oración de San Gregorio Nacianceno


«¡Oh Tú, el más allá de todo!
¿cómo llamarte con otro nombre?
No hay palabra que te exprese
ni espíritu que te comprenda.
Ninguna inteligencia puede concebirte.
Sólo tú eres inefable, y cuanto se diga ha salido de ti.
Sólo tú eres incognoscible,
y cuanto se piense ha salido de ti.
Todos los seres te celebran,
los que hablan y los que son mudos.
Todos los seres te rinden homenaje,
los que piensan y los que no piensan.
El deseo universal, el gemido de todos, suspira por ti.
Todo cuanto existe te ora,
y hasta ti eleva un himno de silencio
todo ser capaz de leer tu universo.
Cuanto permanece, en ti solo permanece.
En ti desemboca el movimiento del universo.
Eres el fin de todos los seres; eres único.
Eres todos y no eres nadie.
Ni eres un ser solo ni el conjunto de todos ellos.
¿Cómo puedo llamarte, si tienes todos los nombres?
¡Oh Tú, el único a quien no se puede nombrar!,
¿qué espíritu celeste podrá penetrar las nubes que velan el mismo cielo?

Ten piedad, oh Tú, el más allá de todo: ¿cómo llamarte con otro nombre?»