Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se hace hoy memoria
de san Felipe Neri, presbítero, que, consagrándose a la labor de salvar a los
jóvenes del maligno, fundó el Oratorio en Roma, en el cual se practicaban
constantemente las lecturas espirituales, el canto y las obras de caridad, y
resplandeció por el amor al prójimo, la sencillez evangélica y su espíritu de
alegría, el sumo celo y el servicio ferviente de Dios (1595).
Hay un hecho en la vida de San Felipe Neri en la cual la Virgen se le
aparece para curarlo de una enfermedad que padecía en la vesícula. Según
relatan los testigos el santo había perdido el conocimiento, cuando
inesperadamente se incorporó, y abriendo los brazos exclamó: “¡Mi hermosa
Señora!”. “Mi Santa Señora”. El médico que lo atendía lo tomó del brazo
tratando de calmarlo, pero San Felipe apartándolo le dijo: “Dejadme abrazar a
mi Madre que ha venido a visitarme”.
Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
"No
debe una persona, por ideas que se le presenten en la oración, ni por ninguna
tentación, dejar de hacerla, antes al contrario, debe aguantar con paciencia,
pues el Señor concede en un instante lo que no se ha podido alcanzar en muchos
años."
2. La
flagelación de Jesús atado a la columna.
“Para
alcanzar el amor de Dios no existe camino más corto y seguro que desprenderse
del amor de las cosas del mundo, - aún de las pequeñas y de poca importancia -,
y del amor a sí mismo, prefiriendo que se cumpla en nosotros la voluntad de
Dios y trabajar en su servicio más que nuestra satisfacción y deseo.”
3. La
coronación de espinas
“Despreciar
el mundo, no despreciar a nadie, despreciarse a sí mismo y no hacer caso de
verse despreciado”
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Lo
más perfecto es vivir mucho, pero como si ya estuviéramos muertos para las
cosas del mundo y para uno mismo, sufriendo amorosamente por Cristo lo que Él
desee.”
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“La
obediencia es el verdadero holocausto que se sacrifica a Dios en el altar de
nuestro corazón.”