ES DIOS MUY PAGADOR
¡Oh, hijas mías, que es Dios muy
pagador, y tenéis un Señor y un Esposo a quien no se le pasa nada sin que lo
entienda y lo vea! Y así, aunque sean cosas muy pequeñas, no dejéis de hacer
por su amor lo que pudiereis. Su Majestad las pagará; lo que mira es el amor
con que lo hacéis (Mdt C 1, 6).