JUEVES DE LA I SEMANA DE CUARESMA
Forma Extraordinaria
del Rito Romano
Partido de aquí
Jesús, se retiró hacia el país de Tiro y de Sidón. Cuando he aquí que una mujer cananea, venida
de aquel territorio, empezó a dar voces diciendo: Señor, Hijo de David, ten
lástima de mí; mi hija es cruelmente atormentada del demonio. Jesús no le
respondió palabra; y sus discípulos, acercándose, intercedían diciéndole:
Concédele lo que pide, a fin de que se vaya porque viene gritando tras
nosotros. A lo que Jesús respondiendo dijo: Yo no soy enviado sino a las ovejas
perdidas de la casa de Israel. No
obstante, ella se acercó y le adoró diciendo: Señor, socórreme. El cual le dio por respuesta: No es justo
tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros. Mas ella le dijo: Es verdad, Señor; pero los
perritos comen al menos las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces Jesús respondiendo le dijo: ¡Oh
mujer!, grande es tu fe; hágase conforme tú lo deseas. Y en la hora misma su
hija quedó curada.
Mateo 15,21-28.