lunes, 23 de febrero de 2015

EVANGELIO DEL DÍA: Cuando venga el Hijo del hombre, separará a los unos de los otros como el pastor separa a las ovejas de los cabritos


LUNES DE LA I SEMANA DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Cuando venga, pues, el Hijo del hombre con toda su majestad, y acompañado de todos sus ángeles, se sentará entonces en el trono de su gloria;  y hará comparecer delante de él a todas las naciones; y separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos,  poniendo a las ovejas a su derecha y los cabritos a la izquierda. Entonces el rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino celestial, que os está preparado desde el principio del mundo;  porque yo tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era peregrino y me hospedasteis;  estando desnudo me cubristeis, enfermo y me visitasteis, encarcelado y vinisteis a verme y consolarme. A lo cual los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos nosotros hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber?;  ¿cuándo te hallamos de peregrino y te hospedamos, desnudo y te vestimos?,  o ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a visitarte? Y el rey, en respuesta, les dirá: En verdad os digo: Siempre que lo hicisteis con algunos de estos mis más pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis. Al mismo tiempo dirá a los que estarán a la izquierda: Apartaos de mí, malditos; id al fuego eterno, que fue destinado para el diablo y sus ángeles.  Porque tuve hambre y no me disteis de comer; sed, y no me disteis de beber;  era peregrino y no me recogisteis; desnudo y no me vestisteis; enfermo, y encarcelado y no visitasteis.  A lo que replicarán también los malos: ¡Señor!, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o peregrino, o desnudo, o enfermo, o encarcelado y dejaos de asistirte? Entonces les responderá: Os digo en verdad: Siempre que dejasteis de hacerlo con alguno de estos mis pequeños hermanos, dejasteis de hacerlo conmigo. Y en consecuencia, irán éstos al eterno suplicio, y los justos a la vida eterna.
Mateo 25,31-46