viernes, 4 de octubre de 2024

ENVÍANSE MINISTROS QUE PRENDAN A CRISTO. SÁBADO DE LA DECIMONOVENA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.



ENVÍANSE MINISTROS QUE PRENDAN A CRISTO.

SÁBADO DE LA DECIMONOVENA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

SÁBADO DE LA DECIMONOVENA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

ENVÍANSE MINISTROS QUE PRENDAN A CRISTO.

 

1.- Oyeron los fariseos, que había hablillas entre la turba, que decían esto: Que era el Mesías. Y despacharon ministros para que le prendiesen (1). Las turbas sencillas creen y aman a Jesús: los soberbios fariseos, temerosos de perder su autoridad, se irritan. Una pasión fomenta otra. Díjoles pues (a los ministros) Jesús: Aun me quiero detener un poco de .tiempo entre vos- otros. Buscareisme, y no me hallareis. ¡Infeliz de mí! No oiga yo, Señor, aquel: ¡Voyme! No escuche yo aquel: No me hallareis. Buscareos, oh buen Jesús, hasta hallaros, y no os dejaré.

2.- En el día último, pues, el más solemne de la festividad, estaba Jesús, y clamaba: Si alguno esta sediento, venga a Mi, y beba (2). Lo que se dijo a aquel pueblo, cree que se te dice a ti. Tienes sed de tu salvación, porque nadie hay sin deseos; pero tienes sed de las aguas turbias de los consuelos del mundo. ¿Qué bienaventuranza se te sigue de aquí? Ten sed de lo que debes, que es de tu salvación, y de Dios. Oye al que te convida: Ven y bebe, hasta saciarte, lo que en sólo Dios hallarás, y fuera de Él nunca. ¿De qué tuviste sed hasta aquí? ¿Te has por ventura saciado? ¡Oh miserable!

3. Algunos de ellos querían prenderle (3). No ignoraba la intención con que venían; prosigue con todo su sermón sin temor alguno. Con lo cual se mudaron sus corazones y ninguno le echo mano. Así ceden los peligros a la constancia. Lo que empezaste por virtud, no lo dejes por miedo. ¿Temes en el peligro * por la virtud y por Dios? La constancia le vencerá.

 

(1) Ibid. (2) Joan., 7. (3) Ibid.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.