jueves, 17 de noviembre de 2022

17 de noviembre. San Gregorio Taumaturgo, obispo y confesor

 


17 de noviembre. San Gregorio Taumaturgo, obispo y confesor

Gregorio, obispo de Neocesárea en el Ponto, es célebre por su santidad y doctrina, pero más por los prodigios y milagros que obró; milagros tan numerosos y tan grandes que por ello le han conocido por Taumaturgo, y ser comparado, como dice San Basilio, a Moisés, a los profetas y a los apóstoles. Así, por su oración cambió de lugar una montaña que impedía la construcción de una iglesia, y desecó un pantano que era motivo de discordia entre dos hermanos. En una inundación por el desbordamiento del río Lycus, que causó graves daños en la campiña, Gregorio plantó en el borde del río el bastón en que se apoyaba, el cual reverdeció al momento, y con el tiempo llegó a ser un árbol; de esta manera el Santo contuvo las aguas, y nunca pasaron más allá de aquel límite.

Gregorio echaba los demonios de las estatuas de los ídolos y de los cuerpos humanos, y por otros muchos hechos atrajo a muchas personas a la fe de Jesucristo. También predijo el porvenir por inspiración profética. Poco antes de morir, preguntó cuántos infieles quedaban en la diócesis de Neocesárea, y al responderle que sólo había 17, dio gracias a Dios y dijo: Este es el número de los fieles que había cuando comencé mi episcopado. Escribió varias obras que, junto con sus milagros, ilustraron la Iglesia de Dios.

Sermón de S. Máximo, Obispo.

Hom. 59 sobre S. Eusebio, 2

Ahora que los méritos del bienaventurado Pontífice Gregorio están ya al abrigo de todo ataque, bien podemos ensalzarlos. Sosteniendo con mano firme el timón de la fe, echó en una playa tranquila el áncora de la esperanza, y, llena la nave de celestiales riquezas, la introdujo en el puerto deseado. Mantuvo firmemente el escudo del temor de Dios contra todos los adversarios, hasta que consiguió la victoria. ¿Qué otra cosa fue todo el curso de su vida, sino un constante combate contra un enemigo siempre en vela?

 

Oremos.

Te pedimos, Dios todopoderoso, que al celebrar la fiesta de San Gregorio, obispo, aumente nuestro celo por servirte, y crezca en nosotros tu obra de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. R. Amén.