DÍA 9
NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN INMACULADA DE LA MEDALLA MILAGROSA
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
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Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
(3 veces)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 9. MILAGRO EN EL CORREDOR DE LA MUERTE
Uno de los milagros más impresionantes de la Medalla Milagrosa se produjo en una cárcel de Mississippi, en Estados Unidos, en 1943. Un joven de 20 años, Claude Newman, había sido condenado a muerte por disparar a un hombre que había maltratado a su abuela. Sorprendido por una medalla que llevaba otro recluso, le preguntó por ella. El interno la arrojó al suelo y le dijo que podía quedársela. Él la tomó y se la puso al cuello. Poco después, la Virgen María, a quien el joven describiría como la mujer más hermosa que Dios había hecho, se le apareció y le dijo que si quería ser su hijo debía llamar a un sacerdote. Lo hizo de inmediato. Junto con otros cuatro prisioneros, se preparó para ser bautizado. El sacerdote, al principio escéptico, creyó en el testimonio del joven sobre la aparición de la Virgen al recordarle un voto secreto que el sacerdote había hecho a la Virgen unos años antes de construir una iglesia en su honor.
Claude fue bautizado cuatro días antes de la fecha prevista de ejecución en 1944. El joven estaba feliz de ir al cielo. Todos quedaron sorprendidos al ver su serenidad, gozo y alegría mientras era colocado en la silla eléctrica.
Oraciones para terminar todos los días:
Pida cada uno la gracia que desea alcanzar en esta novena.
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN
A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
Postrado ante vuestro acatamiento, ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin mancha, os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y protectora ante la majestad de Dios.
Yo os prometo, Virgen purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor. Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santa Catalina Labouré, ruega por nosotros.
Santa Bernadita Soubirous, ruega por nosotros.
San Maximiliano María Kolbe , rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta novena, compártelo con tus familiares y amigos.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.