Comentario
al Evangelio
VII DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
Forma Extraordinaria del Rito Romano
El falso profeta quien aparenta
ser lo que no es. Guardaos
de los falsos profetas, como lo son el libertino que alaba la castidad y el
orgulloso que ensalza la humildad, de quienes dice el Apóstol: Con apariencia de piedad, están en realidad
lejos de ella (2 Tim. 3,5). Falso profeta es todo el que pretende aparentar
lo que no es. Maldito el hombre que
multiplica los bienes que no son suyos (Hab. 2,6, Vulgata). Y ¿Quién no los
robó? “Gran virtud es no pertenecer a ninguna clases de estos ladrones. Roba el
bien ajeno, ese avaro que despoja al pobre; lo roba también ese sabio que se
gloría de su ciencia, porque la gloria solo se debe a Dios, según las palabras
del Apóstol: Al Rey inmortal, invisible,
único Dios, el honor y la gloria por los siglos de los siglos (1 Tim.
1,17); roba el bien ajeno el hipócrita que quiere parecer santo. Y ¿Quién es el
siervo lo bastante fiel para que sea irreprochable en este punto, quien el
dispensador tan leal que no se atribuye jamás los bienes de Dios, quien el
obrero bastante desinteresado que trabaja la viña del Señor sin buscar más que
el amor de Dios y la salvación de las almas? Y, sin embargo, todos los que
roban los bienes ajenos habrán un día de abandonar sus honores, sus dignidades,
sus cargos, sus casas, sus criados, sus amigos y trajes preciosos. Serán
obligados a dejarlo todo, porque a su
muerte nada se llevaran consigo, ni les seguirá su gloria (Ps. 48,14). Solo
les seguirán sus obras (Apoc. 14,13)
No es lo mismo ocultar que
fingir. “Pero,
¡oh Dios mío! ¿Dónde hallar al hombre sin disimulo que no se esfuerce en
esconder sus faltas? ¿Quién es el que desea se reconocido por completo, quien
es el que hoy no engaña nunca, que no quiere aparentar lo que no es, que no
encubre sus defectos, que no teme mostrarse al juicio de los hombres como es conocido
por su propia conciencia? Todos los
hombres son engañosos (ps. 115,11). Hemos heredado de Adán ese triste
defecto y cubrimos con hojas la desnudez de nuestras obras. En todas partes
ficción y disimulo, en todas partes algún velo mentiroso”
Sin
embargo, una cosa es esconder la malicia, y otra fingir y mostrar una virtud de
que se carece: este tal comente la más grande injuria a la justicia y verdad
divina. Cicerón (cf. De officiis, l.1)
dice que la peor justicia es querer pasar por bueno, siendo malo. Bastante es
ya ser perverso ¡pero atribuirse además la gloria de los justos! Una bondad
fingida es una doble iniquidad. Sepulcros blanqueados. Por tanto, guardaos de
los falsos profetas, que se vistes con pieles de oveja.
San
Bernardo (cf. Grados de humildad, e.8, 48) dice que la humildad es tan honrosa,
que hasta el orgulloso la busca y se esfuerza en aparentarla para no envilecerse
a los ojos del prójimo.
Santo Tomas de Villanueva
Por gentileza de Dña. Ana María Galvez