Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial: Se hace hoy memoria de de San Benito, Patrono principal de
Europa, nacido en Nursia, en Umbria, pero educado en Roma, abrazó luego la vida
eremítica donde pronto se vio rodeado de muchos discípulos. Su Regla
siendo hoy un medio adecuado para la vida de entrega al Señor. En ella, San
Benito no menciona a la Virgen, pero si sus actitud de perfecta obediencia a
Dios. Pidiendo la gracia de imitar las
virtudes de la Virgen María, ofrecemos este rosario por Europa para que sea
fiel a sus raíces cristianas.
Señor mío Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
“Si
cuando queremos sugerir algo a hombres poderosos, no osamos hacerlo sino con
humildad y reverencia, con cuánta mayor
razón se ha de suplicar al Señor Dios de todas las cosas con toda humildad y pura
devoción. Y sepamos que seremos escuchados, no por hablar mucho, sino por la
pureza de corazón y compunción de lágrimas. Por eso la oración debe ser breve y
pura, a no ser que se prolongue por un afecto inspirado por la gracia divina, pero
en comunidad abréviese la oración en lo posible, y cuando el superior dé la
señal, levántense todos juntos.”
2. La
flagelación de Jesús atado a la columna.
“Vamos,
pues, a instituir una escuela del servicio divino, y al hacerlo, esperamos no
establecer nada que sea áspero o penoso. Pero si, por una razón de equidad,
para corregir los vicios o para conservar la caridad, se dispone algo más
estricto, no huyas enseguida aterrado del camino de la salvación, porque éste
no se puede emprender sino por un comienzo estrecho.
3. La
coronación de espinas
“El
cuarto grado de humildad consiste en que, en la misma obediencia, así se
impongan cosas duras y molestas o se reciba cualquier injuria, uno se abrace
con la paciencia y calle en su interior, y soportándolo todo, no se canse ni
desista, pues dice la Escritura: "El que perseverare hasta el fin se
salvará", y también:
"Confórtese tu corazón y soporta al Señor.”
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“El
segundo grado de humildad consiste en que uno no ame su propia voluntad, ni se
complazca en hacer sus gustos, sino que imite con hechos al Señor que dice:
"No vine a hacer mi voluntad sino la de Aquel que me envió". Dice
también la Escritura: "La voluntad tiene su pena, y la necesidad engendra la
corona." El tercer grado de humildad consiste en que uno, por amor de
Dios, se someta al superior en cualquier obediencia, imitando al Señor de quien
dice el Apóstol: "Se hizo obediente hasta la muerte.”
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“Cuando
progresamos en la vida monástica y en la fe, se dilata nuestro corazón, y
corremos con inefable dulzura de caridad por el camino de los mandamientos de
Dios. De este modo, no apartándonos nunca de su magisterio, y perseverando en
su doctrina en el monasterio hasta la muerte, participemos de los sufrimientos
de Cristo por la paciencia, a fin de merecer también acompañarlo en su reino.”