VI DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Por
aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué
comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente,
porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a
sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han
venido desde lejos». Le replicaron sus discípulos: «¿Y de dónde se puede sacar
pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?». Él les preguntó: «¿Cuántos
panes tenéis?». Ellos contestaron: «Siete». Mandó que la gente se sentara en el
suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los
fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la
gente. Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la
bendición, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar
saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro
mil y los despidió.
Mc 8, 1-9