martes, 27 de octubre de 2015

EL ROSARIO EN HONOR A CRISTO REY


Santo Rosario.
Por la señal... 
Señor mío Jesucristo…

MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”
Jesús acepta entregar su propia vida por el rescate de los hombres de la esclavitud del demonio y del pecado.
Venid, adoremos a nuestro Rey, y démosle gracias por que ha expiado con su muerte nuestras culpas.
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Tú lo dices .Yo soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo aquél que pertenece a la verdad escucha mi voz.”
El Reino de Cristo se asienta en la Verdad: verdad sobre el misterio de Dios, verdad sobre el hombre, verdad sobre el mundo. La mentira, el mal y el pecado no lo soportan.
Pidamos la fuerza de defender siempre a Cristo Rey, aunque tengamos que sufrir los ataques de los hijos de la mentira y de las tinieblas.
3. La coronación de espinas
“Lo soldados se arrodillaban ante El y se burlaban diciendo: Salve, Rey de los judíos».”
Es fácil ridiculizar el bien y burlarse de los buenos, de los que son más débiles, de los que no se muestran iracundos y autoritarios. El mismo Rey de Reyes y Señor de Señores permitió pasar por ello.
Si se ríen de nosotros, busquemos la fuerza en Cristo: todo ello nos servirá para nuestra salvación y la salvación del mundo.
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Tomaron, pues, a Jesús, y El con la cruz a cuestas salió hacia el lugar
llamado de la Calavera, en hebreo Gólgota.”
El Señor se hace siervo, el Rey se hace esclavo, el Juez es cargado con la cruz -el instrumento del suplicio.-  Y todo ello, para librarnos a nosotros de la condenación eterna.
Pidamos por todos aquellos que son acusados injustamente, avivemos nuestra esperanza en que Dios es un juez justo.
5. La crucifixión y muerte del Señor
Encima de la cabeza de Jesús, colocaron un letrero, que anunciaba el cargo en su contra. Decía: «Éste es Jesús, el Rey de los judíos».”
“A ese, no a Barrabás” –gritaron las turbas de los judíos cuando Pilatos quería liberar a Jesús. Grito que se renueva cuando se rechaza el reinado de Cristo: Cristo fuera de la vida pública, de las escuelas, de la sociedad, de las familias, de la propia vida…
Hagamos una acto de amor a tan dulce Rey y reparemos con ello tantos desprecios, indiferencias, odios, ultrajes y profanaciones.