viernes, 2 de octubre de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON EL BEATO ANTONIO CHEVRIER


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: 
Se hace hoy memoria del beato Antonio Chevrier, sacerdote de Lyon (Francia), que instituyó la Obra de la Providencia del Prado, para preparar sacerdotes destinados a enseñar la doctrina cristiana a jóvenes pobres (1879).
Con sus pensamientos meditaremos el Santo Rosario, del que decía: “Amemos rezar nuestro rosario. El rosario es el libro de todo el mundo: es el libro del sacerdote y del pueblo; es el libro del ciego; es el libro del anciano cuyos ojos se cierran a las cosas de este mundo; es el libro del sabio y del ignorante; es el libro de quienes sufren. ¡Oh! Cuando el dolor ha debilitado su cuerpo, extinguido sus facultades, le queda aún un consuelo en su rosario; cuando sus labios inmóviles no pueden decir: Dios te salve, María, todavía lo tiene entre sus manos para recordar a su madre; y cuando la muerte le ha cerrado los ojos, lleva con él a la tumba su crucifijo y su rosario para mostrar que es un hijo de Jesús y de María….”
Invoquemos a María, Reina de los ángeles, para que envíe a nuestros ángeles custodios que nos acompañen, nos alumbren, y guíen en el camino de ser “verdaderos discípulos” de su Hijo Jesús.
Señor mío Jesucristo...  
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Cuánta necesidad tenemos de orar… Cuando tengamos el espíritu de Dios,  todo irá bien. Cuando tengamos el espíritu de Dios, las aprobaciones no nos  faltarán. Pero si no tenemos el espíritu de Dios, ¿para qué nos sirven? Para  nada. No servirían más que para nuestra vergüenza y condenación. Pidamos,  pues, en primer lugar el espíritu de Dios; que el Espíritu Santo nos comunique su caridad, sobre todo su humildad, su dulzura y su celo, y todo irá bien; pero sin esto nunca seremos nada y nunca haremos nada. Pidamos el espíritu de Dios siempre y todos los días, no cesemos de pedirlo. Ésta es la recomendación que hago a todas y a todos: trabajemos en adquirir el espíritu de Dios y todo irá bien.”
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“El Hijo de Dios descendió a la tierra para salvar a los hombres y convertir a los pecadores. Y sin embargo, ¿qué es lo que nos encontramos? ¡Cuántos pecadores hay en el mundo! ¡Los hombres se siguen condenando! Así pues, tomé la decisión de seguir a Nuestro Señor Jesucristo de más cerca, con objeto de poder ser más capaz de trabajar eficazmente por la salvación de las almas.”
3. La coronación de espinas
“¡Oh pobreza, qué bella eres! Jesucristo, mi Señor, te halló tan bella que te tomó por esposa cuando bajó del cielo, y de ti hizo la compañera de su vida, contigo quiso morir en la cruz. Dame, oh Maestro mío, esta hermosa pobreza, que yo la busque solícito, la acepte con alegría, que la abrace con amor, y haga yo de ella la compañera de toda mi vida. ¡Que yo muera con ella sobre un leño, como murió mi Maestro!.”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“¡Qué triste es ver a toda esta gente ocuparse de cosas tan distintas de aquellas a las que deberíamos estar completamente consagrados! ¿No estamos aquí para esto y nada más que para esto, para conocer a Jesucristo y a su Padre, y darle a conocer a los demás? ¿No es suficientemente hermoso  como para dedicar a ello toda nuestra vida, sin tener que buscar otras ocupaciones?”
5. La crucifixión y muerte del Señor

“Queridos amigos, sed vosotros estas piedras, estos santos, estas almas generosas que deben trabajar para Jesucristo, con Jesucristo para continuar aquí en la tierra su vida de sacrificio, de entrega y de caridad; haceos otros Jesucristo, estudiadle, es vuestro modelo. Visitad frecuentemente en espíritu el Pesebre, el Calvario, el Tabernáculo, para beber en ellos el espíritu y la vida que deben animaros para siempre.”