domingo, 8 de febrero de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: LA ORACIÓN Y EL HUERTO

LA ORACIÓN Y EL HUERTO
El que comienza a hacer oración, ha de pensar que comienza a hacer un huerto para que se deleite el Señor, en tierra muy infructuosa, que tiene muy malas hierbas. Su Majestad arranca las malas hierbas y ha de plantar las buenas.
Pues hagamos cuenta que el huerto ya está hecho cuando un alma se determina a hacer oración. Y con la ayuda de Dios hemos de procurar, como buenos hortelanos, que crezcan estas plantas y hemos de tener cuidado de regarlas para que no se sequen, sino que lleguen a dar flores que den de sí gran olor para dar recreación a este Señor nuestro, y así venga a deleitarse muchas veces a esta huerta y a gozar entre estas virtudes.
Creo que se puede regar el huerto de cuatro maneras:
- sacando agua de un pozo que supone un gran trabajo de nuestra parte;
- con noria y arcaduces, que se saca con un torno;...es menor trabajo que el anterior y se saca más agua;
- de un río o arroyo; así se riega mejor, pues queda más harta la tierra de agua y no es menester regar tan a menudo, y exige menor esfuerzo del hortelano;

- lloviendo mucho, que lo riega el Señor sin ningún trabajo nuestro; este modo es mejor que todos los anteriores (V 11, 7; CN 1).