ÚLTIMO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Comentario al Evangelio de san Jerónimo
Alguien podrá decir:
¿dónde se lee esto de que todo Israel será salvo? En primer lugar lo dice el
mismo apóstol: «Cuando haya entrado la plenitud de los gentiles, entonces todo
Israel será salvo.» Después, también Juan en su Apocalipsis dice: de la tribu de
Judá habrá doce mil creyentes, de la tribu de Rubén doce mil creyentes, y del
mismo modo habla de las restantes tribus; suman en total ciento cuarenta y cuatro
mil todos los creyentes. De ahí que también a propósito del salmo ciento
cuarenta y cuatro, que es alfabético, se discuta sobre este número. Si Israel
hubiese creído, nuestro Señor no hubiese sido crucificado, y si nuestro Señor
no hubiese sido crucificado, la multitud de los gentiles no se hubiese salvado.
Creerán los judíos, por tanto, pero creerán al fin del mundo. No era tiempo
para que creyeran en la cruz. Si hubiesen creído, el Señor no hubiese sido
crucificado. No era tiempo para que creyeran. Su infidelidad es nuestra fe, su
ruina nuestra elevación. No era el tiempo de ellos, para que fuera nuestro
tiempo. Hemos dicho que creerán al fin del mundo, al interpretar este texto:
«porque aún no era tiempo (de higos)». Pero esto es lo que viene a
continuación: «Le dice el Señor: nunca jamás comerá ya nadie fruto de ti.» Si
los judíos han de creer, ¿cómo es que ninguno de ellos comerá frutos? El Señor
no habla del tiempo futuro, no se refiere a la eternidad, sino al tiempo
presente. En definitiva, lo que dice es esto: en el tiempo presente no creerás,
pero cuando haya pasado este tiempo, entonces creerás. Creerás, no en el
humilde, sino en el que reina, y mirarás al que atravesaste. Por tanto, en el
tiempo presente nadie comerá fruto de ti, pero sí en el tiempo futuro.