miércoles, 26 de noviembre de 2025

27. EJEMPLOS DE DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO

Caída la tarde se retiraba de asistir a un moribundo, a su colegio de la Bahía, el P. José Anchieta, de la Compañía de Jesús, cuando oyó salir del fondo de un estanque, cerca del cual pasaba, llanto y lamentos, tales, que parecían ser de personas humanas. Al oír estas voces, comenzó su compañero á espantarse, a temblar y a sudar frío, más él, tomándole de la mano le hizo acercarse más a la laguna, para mejor considerar aquellos dolorosos gemidos; y cuanto más se acercaba al lago, más se convencía de que eran voces de almas condenadas a padecer allí su Purgatorio.

Por lo cual, maravillado y movido a compasión. Y luego, lleno de fe, se postró en tierra, y rezó de rodillas con su compañero cinco Padre nuestros y Ave Marías, a las sacratísimas llagas de Jesucristo, para implorar el eterno descanso a aquellas almas llorosas. Como rogó aquel buen siervo de Dios, así aconteció; pues cesaron al momento, y no se oyeron más en aquel estanque los dolorosos gemidos.

¿Cuántas veces, las benditas almas del Purgatorio, hacen llegar a nuestros oídos y a nuestro corazón sus clamores, ya con las voces de los ministros de Dios, ya con los beneficios o castigos con que somos visitados, bien con los remordimientos de la conciencia, o con las inspiraciones de la gracia que no podemos dejar de sentir?

¿Producen, empero, en nosotros, el efecto de un pronto socorro a su favor? Si no ha sido así en el tiempo pasado, séalo, al menos, en lo venidero, y formemos un firme propósito, de no olvidarnos jamás de los fieles difuntos.