lunes, 17 de noviembre de 2025

18. EJEMPLOS DE DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO

Santa María Magdalena de Pazzis había asistido con suma caridad a la muerte de una hermana suya de altísima perfección, a quien las monjas no sólo hicieron prontamente los acostumbrados sufragios de la religión, sino que aplicaron también las santas indulgencias que se ganaban aquel día.

Quedaba expuesta todavía la difunta en la Iglesia, y desde las rejas la miraba con afectos de ternura y devoción María Magdalena, implorando para ella paz y reposo eterno, cuando vio salir de aquel yerto cadáver el alma de su hermana, resplandeciente de viva y hermosa luz, y elevarse hacia el cielo para recibir la corona de eterna gloria.

No pudo la santa contenerse de exclamar: Adiós, hermana: adiós, alma bienaventurada, antes voláis vos al cielo que vuestro cuerpo baje al sepulcro. ¡Oh felicidad! ¡oh gloria! ¡Ah! En los brazos del Divino Esposo acordaos de nosotros que suspiramos en la tierra. Y al decir esto, se le apareció su Esposo Jesús para consolarla, diciendo que, en virtud de las santas indulgencias aplicadas por aquella alma, había sido ésta libertada tan pronto de las penas del Purgatorio y admitida en las mansiones de la gloria.

Por lo cual avivóse en lo sucesivo de tal modo en aquel monasterio el fervor de ganar toda clase de indulgencias, que se hacía casi escrúpulo de malograr negligentemente alguna. ¿Cómo no se enciende también en nuestros pechos una chispa de aquel santo fervor?

Imitemos a aquellas vírgenes en tan bello empeño, que no podrá faltar el efecto de la libertad de las almas del Purgatorio, si nosotros no faltamos a las disposiciones necesarias para ganar dignamente las santas indulgencias. En la vida de Santa María Magdalena de Pazzis. n. 1. cap. 39.