lunes, 15 de mayo de 2017

Flores del mes de Mayo del Beato Francisco Palau OCD (15)

DÍA QUINCE

I. El jacinto
1. El jacinto, el junquillo, las varas de san José, todo esto forma una misma familia; pertenece a los lirios. Por la noche y las mañanas dan un olor muy fino y fuerte. Tiene cabeza y varita como la justicia.
II. La gratitud
2. Debemos a todos nuestros benefactores gratitud. Esta virtud es una buena disposición de ánimo que nos mueve a dar muestras de agrado y de reconocimiento a todos aquellos de quienes recibimos un favor. Debemos gratitud a Dios, a su santísima Madre, a nuestros padres, a nuestros maestros y a todos los demás que nos favorecen en lo espiritual y material.
III. La gratitud en María
3. En varias circunstancias dio María gracias a Dios en nombre nuestro de un modo muy especial y eficaz: sintió en sus entrañas purísimas a Dios Redentor, y vio en la encarnación el mundo redimido; cuando le vio nacido, y cuando al pie de la cruz vio acabada la obra de la redención; y en nombre propio por su inmaculada concepción y por su elección por Madre de Dios. Fue agradecida a sus padres, a sus maestros y sacerdotes en el templo, y a san José mientras vivió con él.
IV. La flor a María

4. ¿Piensas en los beneficios que estás continuamente recibiendo de Dios? ¿los conoces? ¿los meditas? Te ha criado, te ha redimido, te ofrece su amor, su gracia y los dones del Espíritu Santo, te promete la gloria, te da la vida, la respiración y el movimiento y cuanto tienes de bueno. Por estos favores ¿qué le dices? ¿le bendices, le das gracias y te le presentas agradecido? Si con Dios eres ingrato, un ingrato merece se le retiren los favores. Mira bien cómo está en tu alma esta virtud, plántala, trasplántala, riégala, cultívala, y al cogerla y presentarla
a María le dirás:
Presentación de la flor
ORACIÓN. Reina de los cielos: Yo os ofrezco el jacinto: recibidla flor que me pedís. Yo propongo, yo me obligo, yo me resuelvo a ser agradecido a Dios y a Vos; a Dios, por los beneficios de la creación, de la redención y de la vocación ydemás que recibo cada día; y a Vos, por haberos dignado tomarme por hijo vuestro. Aceptad estos mis propósitos, y haced que sean eficaces.