domingo, 16 de abril de 2017

SANTIDAD DE LA RESURRECCIÓN. Beato Columba Marmión




Comentario al Evangelio

DOMINGO DE RESURRECION
Forma Extraordinaria del Rito Romano

La Iglesia en las letanías llama a la resurrección santa. ¿Por qué distinguirla con este adjetivo de los demás misterios de la vida de Cristo, santísimos todos ellos? Por qué en ella se ponen de manifiesto todos los elementos constitutivos de la santidad, a saber, alejamiento de todo pecado y despego de toda criatura y adhesión total  y estable a Dios.
ALEJAMIENTO DE TODO PECADO.- Cristo, aunque santísimo, llevaba las apariencias del pecado, hasta que el día de la resurrección quedo exento su cuerpo de toda fatiga y flaqueza, heredada del pecado original, y fue el símbolo y modelo del primer elemento constitutivo de la santidad, a saber, del alejamiento del pecado.
UNION CON DIOS.- Restablecida la unidad de los hombres con Dios, la religión de Jesús resucitado será en adelante más completa y viva, si cabe. Solo en el cielo conoceremos la plenitud con que vivía Jesús para el Padre en aquellos cuenta días, en los que fue fuente infinita de gloria para El.
Si el hombre es el sacerdote del universo y compendia el himno de toda la creación a Dios ¿Qué no decir del cantico incesante que entonaría el Vencedor de la muerte? Ese fue el ejemplo de la unión con Dios, elemento formal de la santidad.
Elemento de la santidad en nuestra resurrección espiritual: Por la gracia merecida por Cristo en su muerte y repartida después de su resurrección, nuestras almas mueren al pecado, y nacen a una vida de unión con Dios en el bautismo (Rom. 6,4), razón por la que en la primitiva Iglesia se confería este sacramento la noche de la Pascua y en Pentecostés, principio y fin de este ciclo.
Cristo desea comunicarnos su vida, y lo hará si nos conformamos al espíritu de nuestro bautismo, alejándonos del pecado para vivir en Dios.
BEATO COLUMBA MARMION