martes, 11 de abril de 2017

ROSARIO DE PASIÓN





SANTO ROSARIO
PARA EL TIEMPO DE PASIÓN
MEDITADO CON LA CARTA A LOS HEBREOS
MISTERIOS DOLOROSOS
Monición inicial: 
Cercano ya el Sagrado Triduo Pascual, la Iglesia nos invita a recoger nuestros sentidos e introducirnos en los momentos culminantes de nuestra redención, uniéndonos íntimamente a nuestro Señor Jesucristo y a su Madre y madre nuestra, la Virgen Dolorosa.
Al contemplar los misterios dolorosos, hemos de unirnos a Jesús paciente que como buen Pastor da la vida por sus ovejas; y todo lo ha sufrido por amor a nosotros.
Señor mío Jesucristo... 

1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy.  Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec.  El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte,  fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec.” Hb 5, 5-10
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Estos por la fe, fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; otros soportaron burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de oveja y de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, ¡hombres de los que no era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cavernas y antros de la tierra.” Hb 11, 35-38
3. La coronación de espinas
“Han echado en olvido la exhortación que como a hijos se les dirige: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él. Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge.  Sufran para corrección de ustedes. Como a hijos los trata Dios, y, ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige?” Hb 12, 5-7

4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios.” Hb 12, 1-2
5. La crucifixión y muerte del Señor
“Cristo habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados.” Hb 2, 18